Archive for julio 2012

Sin calles.


.

No hay ya que quien me cuente de ti,
es como si las calles hubieran perdido tu nombre,


o que mi pasos ahora no dejan huellas es
como caminar en la arena y se los lleve la marea.

Solo parece que estuvieras en mi mente,
en los recuerdos que insisten en ser solo presente,

como si todo hubiera sido tan irreal
en la única realidad de un adiós sin despedida ni

perdón, ofendimos al amor, a lo que
somos para simular poder ser otros y continuar.

Tal vez nos volvamos a encontrar y
ya no será nuestro tiempo, lo dejamos escapar,

quizá nos cruzaremos para volvernos
a ignorar, como si el amor se podría disimular.

Sigo caminando la calle infinita que
no me lleva a ningun lugar ya no sé donde estas.



Ruben Mangiagli.



Estar.


.

Podría decirte que el amor es eterno
que el tiempo se detiene cuando te beso,


que el sol y la luna desean el
encuentro de nuestros cansados cuerpos.

Quizá pensar que somos dueños del
tiempo cuando destruimos los adverbios,

pero aunque sea verdad , la realidad a
veces nos pesa y nos parte por la mitad.

Tengo mil bolsillos llenos de cosas
para dar, tantas que me cuesta caminar,

llaves que abren todo, pero no la
que sirve para poder llegar donde estas,

más cuando me desnudo queda
toda mi piel cubierta de mustia soledad.

Solo puedo decirte que te extraño
y que solo hoy me alcanza saber que a

pesar de todo y contra todos,
nos sirve saber que estamos aun sin estar.




Ruben Mangiagli.



Sin tiempo.


.

Quiero quererte toda la vida, que mi
sonrisa se prenda a tus días.


Que mis manos olviden los cuerpos
que hayan tocado, y que se

aprendan cada rincón del tuyo en la
memoria que queda en el tacto.

Sin distancias, sin espacios, en la
quietud de una mañana de

sabanas gastadas, y en la noche que
me encuentra entre tu falda.

Quererte sin tiempo y con el tiempo,
en lo breve y en lo eterno,

como si los dioses aprobaron cada
uno de nuestros juegos,

y nos perdonen por hacernos dueños
de la tierra y de los cielos.

Sin duelos, sin recuerdos, solo ahora
y lo que venga,

veremos, un día quizá lo pensaremos.




Ruben Mangiagli


El probador.


.

Esta si , esta no
quizá este color...

la falda que juega entre tus piernas
y vos la deseas y ella se deja.

Un cierra bajo y necesitas ayuda,
mi mano que te toca, tu piel me rosa,
cuerpos que se buscan
bocas que se encuentran,
intimidad pública
juegos que van despacio
y nosotros acelerando.

Un angulo perfecto,
te invado y me rindo al momento,
y una voz que pregunta
Señora le va muy justa?
Y entre suspiros y gemidos
contestas,
perfecta...no tienes idea de
lo que me gusta....


Ruben Mangiagli
.



De mi.


.

No quiero una pastilla que me haga dormir más,
necesito el tiempo que me queda

para disfrutar.

Tampoco ningún doctor que me pida que le hable
de lo que me pasó, si algo me inmovilizo,
o simplemente me partió.

Prefiero un buen licor, una noche no termine o
tan solo cualquier rincón para que mi
sombra me hable de vos.

La mano de un amigo que siempre la dio, aun en
los peores momentos donde mi Fe
sabiéndolo me abandonó.

Un paisaje que contenga tu color, mezcla de verde
y marrón, donde descansar mis ojos
cuando me pueda el dolor.

Soy dueño de lo que hago y de lo que digo, menos
de mi locura y amarte hasta los
confines del infinito..

Un compendio de aciertos y sin razón que me hace
tan humano que a veces mi vida se me
escapa como el humo de un cigarro.




Ruben Mangiagli


Elevaciones.


.

Elevaciones femeninas que
se hacen ser en tu cuerpo,

que en mis manos
y mis deseos crecen hasta
que su cumbre se hace
dueña de tu ego.

Suaves montañas para
recorrer, que llevan el color
de tu piel
que conjuntan en tu
belleza extrema de mujer.

Que a veces son como
medanos, y otras señales
en tu llanura, la ultima
escala para llegar
a tu centro y morir
para poder renacer.

Te escalo, te trepo, y en
el medio entre besos y
besos, dejo mi bandera
blanca y me rindo,
soy tuyo y no me arrepiento.



Ruben Mangiagli.




Río.


.

Nuestro amor es como la llovizna
que cae lentamente

( silenciosamente )
pero desborda el río.

Es como si seriamos delta de mil
brazos y causes,
( que se buscaron )
y que por fin se encontraron.

Mi orilla muere en tu boca, y mis
extremos encuentran
( siempre te esperaron )
sus comienzos en tus labios.

Tus aguas de sentimientos a mi
me contienen, en la paz
( y en la locura )
de sentirnos tan nuestros.

Y me desbordo en tu piel y toda
mi hombría se hace
( y deshace )
cuando te hago mía.

Mujer que me puede cuando es
marea alta
( y humedad)
que mi sexo esclaviza.




Ruben Mangiagli




Marcas.


.

Tengo en mi tus marcas...
esas que transitaron mi espalda,
algunas que dejaron surcos
hechos con tus manos
en las noches que nos amamos,
otras tan intangibles que me
doblan y me parten cuando
no te veo, cuando no estas.
Mi piel habla de vos, de la
historia de besos, del sentido
que supera todos los sentidos,
esa sensación de extrañarte
tanto que ya no duele, y se
pierde en mi sangre, que
inunda mi corazón cuando
tu nombre se hace eco y en
el tiempo se repite y se
pierde entre versos que se
quedaron sin mi voz ( en vos ).


Ruben Mangiagli.



Sentidos


.

Tacto.


Mi tacto te va a saber reconocer,
es como una memoria de lo que deberá suceder.

Las caricias que te esperan y no
saben de ausencias, dirán presente una vez mas.

En mi piel hay lugar para la tuya,
es lo esperado para que lo tanto me he preparado.

Mis manos ya saben el mapa de
tu cuerpo, mis dedos ansiosos esperan el encuentro.

Aunque sean tantas las partes que
deberé adivinar, estoy seguro que me podrás ayudar.

Solo tengo que tocarte una vez y
sabrás en ese momento lo que es sentirte tan mujer,

dueña de los demás sentidos de
un hombre que muere por tenerte y poderte poseer.

 
Gusto.


Debo admitir que me gusta jugar con las palabras,
que disfruto tu gusto,

 y mezclar las lenguas cuando nos hablamos, en
los adverbios donde no
nos importan los tiempos, ni los lugares que hemos
recorrido buscándonos,

donde vos ya estabas y yo casi te habia encontrado

y si las lenguas son de carne que mejor lugar que
las bocas para habitar
el sexo hecho amor, y que el amor sea deseo, con
el sabor de los besos
de labios partidos que recorrieron nuestros cuerpos,
como montaña rusa,

donde subes y yo bajo, para comenzar de nuevo.

Tengo impregnada mi piel de vos, del camino y
los atajos donde se
van perdiendo tus manos que siguen la humedad
que vas dejando,
hasta que se me escapa un rio blanco que inunda
la bahía de tu espalda.

Me gusta tu gusto, y no tengo que justificar nada.

Oido.



Quiero susurrarte al oído que te quiero,
que sea un grito en silencio.
Que me digas que también me quieres
en forma de besos perversos.

Que tu voz se haga suspiros y entre los
gemidos quizá se te escapé un
te amo, yo también te estaba esperando.

Cuando la música se adueño de todo y
la habitación sea nuestro mundo
pequeño, ahí mis manos hablaran de
mi, y la historia de mi futuro,

que esta escrita en tus ángulos y curvas
que me pierden y me encuentran
en el vaivén de tus caderas que me
pueden y me hacen tuyo

Oírte callado, como si me escribieras
un verso en el viento, que viaje
sin distancias ni tiempo, y que parta

las metáforas, para que las palabras y
frases sean tan concretas, que decir
te amo, sea tan simple y fácil como
el deseo estés siempre a mi lado.

 
Olfato.


Es increíble...
aroma de mujer que me abre la mente,
como lo imposible, fragancia
de una flor que se asoma al
sol de noche y sucumbe
al tallo de mi amor.

Es único...
muy difícil de explicar como el sabor
de un buen vino que se
supo esperar, y se destapa
para solo una ocasión y
mi olfato sabe memorizar.

Es intangible...
una esencia que se aprende y se conoce
que es tan propia de vos y
sin embargo cuanto estoy
tocando tu cuerpo se
desprende y queda de dos.

Es tu impronta...
firma mi pecho cuando me tocas, que
habita tu piel, tu sexo y
que se renueva cuando mi boca
besa tus senos, y mis dedos
invaden tu cuerpo.

Es tuyo, es mio, es nuestro, un sentido
más que se suma a
nuestro juego, y como si fuera
el más sagrado secreto,
guardamos celosos como llave
que sirva para reconocernos.


Vista.


Algunas cosas las había imaginado,
como si fuera un composé de cosas
extraordinarias que podrían reflejarse en tu calma.

Otras simplemente las memorice, y
cada foto solo la parte de tus ojos fijé,
y superponiendo deseos y anhelos al fin la idea
acabé.

Vi el reflejo en cada instante de tu
vida, como si el tiempo pudiera contar
la historia que yo iba sumando y haciendo mía.

Como tus ojos se iban haciendo
ya parte de tu sonrisa y tus manos
herramientas que escribían destinos sin pedir
pruebas.
.
Una a una las vidas se fueron
mezclando, la tuya y la mía, indivisibles
errantes de carne y huesos que fueron cal y arenas.

Pero todas las respuesta las
tuve cuando vi tus ojos, y mi vista que estaba
casi ciega, en mis ojos cansados supo que terminó
la espera.

Y fuiste tacto, gusto, oido, olfato y vista para que
pueda entender mi vida y me eleje de la muerte
día tras día.



Ruben Mangiagli










Tacto.


.

Mi tacto te va a saber reconocer,
es como una memoria de lo que deberá suceder.


Las caricias que te esperan y no
saben de ausencias, dirán presente una vez mas.

En mi piel hay lugar para la tuya,
es lo esperado para que lo tanto me he preparado.

Mis manos ya saben el mapa de
tu cuerpo, mis dedos ansiosos esperan el encuentro.

Aunque sean tantas las partes que
deberé adivinar, estoy seguro que me podrás ayudar.

Solo tengo que tocarte una vez y
sabrás en ese momento lo que es sentirte tan mujer,

dueña de los demás sentidos de
un hombre que muere por tenerte y poderte poseer.




Ruben Mangiagli.



La calle de los besos.


.

Camino por la calle que conoce
mi destino,

soy un fugitivo que jamas en su
vida cometió un delito.

Mis pasos llevan los presentes de
mi historia,
mezcla de comedia negra con un
suspenso que es un dilema.

Y mientras avanzo pienso en las
veces que
me he equivocado, cayendo en
el orgullo que es mi tirano.

Y en las que he acertado, cuando
me hundía,
en brazos de una mujer que me
decía que me amaba tanto.

Mil besos robados, y algunos que
fueron ganados,
arte de poeta callejero que podía
enamorar con solo un verso.


Mejor que las calles no hablan y
no tienen
memoria, porque contarían las
veces que dije te amo,

y no tenia idea de lo que hablaba,
aprendí que
amar se ama, pero como amar
a una mujer como tú,

por mi padre te prometo mi cielo
que nadie me enseñó
nada, así estoy como novato que
muere con solo tu mirada,

sentir que no hago trampas para
darte beso tras
beso, esta vez ganados sin tener
que decir ninguna palabra.




Ruben Mangiagli







A mi muerte.


.

Antes que nos vayamos es necesario
que hablemos aunque sea por
un rato,


que sepas que no me arrepiento ni
de un solo día de mi vida, ni
de haber querido tanto,

por mis labios pasaron el humo del
tabaco, el sabor del licor y
del beso de las mujeres me amaron,

que no niego hubo noches que te he
deseado, casi implorado que
me lleves a tu lado,

pero el amanecer se encargó que la
idea se fuera esfumando
y de nuevo seguí luchando,

que he amado con todo lo que tengo
y me he entregado sin
razones y sin engaños.

Es verdad maltraté a mi cuerpo, con
lujos de vicios azulados,
y que me incliné por el

placer de sentir tantos brazos que ni
los nombres en ocasiones
he recordado,

pero en mi descargo vale que cuando
amé he viajado miles de kilómetros
por dar un beso esperado.

Así que si quieres partimos, te doy
mis manos en este ultimo
poema sin

quejas ni reclamos, me voy como
hombre que he nacido, sin
miedos ni llantos.





Ruben Mangiagli