Archive for septiembre 2012

Extasis.


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Déjame que te quiera por delante
y por tu espalda

que mis manos se fundan en tus
formas y en mis ganas,

que tu cabello caiga por los lados
cuando me abrazas
y mis deseos puedan llevarte
en volandas,

que la noche se haga día entre
besos desparramados por
las sabanas empapadas de
juegos y adivinanzas,

donde vos seas yo y yo sea una
parte de dos y el nosotros
altere los pronombres saltando
los verbos que hablan

de este amor, para que cada uno
de los silencios sean suspiros
que de en tanto en tanto
invoquen a Dios,

seamos todos los pecados y la
perversión y que no tengamos
perdón, confesándonos
uno al otro de rodillas

como implorando que el tiempo
se detenga al menos hasta que
lleguemos al éxtasis para asi
rezar juntos otra oración.


Ruben Mangiagli.

© 2012





Inédito.


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Un día se terminaron los inviernos
que por ser

tantos se me amontonaron en días
grises que parecían duelos.

Y los colores volvieron uno a uno
en fila como
se fueron y formaron
otros inéditos.

Los amores pasados escaparon
con lo inesperado
de lo nuevo a rincones
que ahora no recuerdo.

Mis ojos vieron los tuyos, mezcla
de hierba y barro,
donde los míos
brillaron de nuevo,

y canté Victoria, como si hubiera
ganado todo de
pronto y volví a
sentirme tan lleno,

y tan pleno que mi vida comenzó
en el momento exacto donde
por primera
vez me dijiste te quiero.




Ruben Mangiagli
© 2012





Cuerpo.


.

Soy de carne y huesos
sangro,

vivo con desgano,
camino y hablo.

Tengo memoria de lo
que voy viviendo,
siento mi tacto entre
mis dedos y manos.

Mis ojos, aunque no
sean los mismos que
conociste,
miran y recuerdan.

Tengo consciencia y
sé que la vida sigue
más allá de tu
extraña presencia,

que a veces esta en
todo y en otras es
solamente la madre
de las ausencias.

Solo extraño mi alma
que entregué una
noche cualquiera
como pacto para que

no te fueras, y me
estafaron de vuelta y
solo soy cuerpo que
tú ya no esperas,

que otras mujeres sin
conocerlo desean,
y no saben que está
partido entre lo que

fue y lo que no era,
como si pudiera estar
muerto mientras la
vida recorre mis venas.




Ruben Mangiagli.

© 2012



Cuando duele el amor.


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No hay pastillas cuando duele el amor,
ni medicinas hagan olvidar la soledad,
tampoco tiempo que se pueda restar
para avanzar
solo queda esperar y esperar,
sin saber que, sin saber el por qué, es

como navegar sin querer llegar a
ningún lugar,
que todos los días te llueva en alta
mar sin la más mínima
posibilidad de naufragar y que te
duelan hasta los huesos de tanto remar.

Alucinar con otra realidad donde todo
continua en su lugar y nada puede
cambiar,
que el efecto de las drogas no pase
jamas y que el humo te ahogue
hasta dejar de respirar por piedad.

Sin tan solo te podría borrar, hacerte
desaparecer para que nunca más
vuelvas a nacer en mi y así poder al
fin renacer a una vida donde no estés,
y que las nubes sean solo nubes y no
tus formas que no puedo olvidar,

quizá y solo quizá pueda volver a
amar,
despertar de este mal sueño de nunca
acabar donde quererte es tan inútil
como creer que el
tiempo todo lo curará.


Ruben Mangiagli
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© 2012




Bailemos.


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Bailemos, ponte el vestido
largo

que el salón hoy es nuestro,
ven que te abrazo mientras
sigues
mis pasos,
que mis brazos lleven tu
cintura
y deja que mi boca busque
tus labios,
seamos novios, pareja,
amantes,
como dos
en uno y que la música
haga
el resto,
que tus manos rocen mi
cuello
mientras la luna por la
ventana
atestigua el deseo de un
amor eterno,
deja la copa sobre la mesa,
acércate
de a poco, que sea como
nuestra primera
noche
donde las miradas que se
esperaron tanto
se encontraron en un
instante
mágico
contando todo lo que no
tenia vocablos
y en un susurro al oído
te dije,
hola
no sabes
cuanto hace que te estaba
buscando.




Ruben Mangiagli
© 2012
 
 
 
 
 
 
 


 

Otro otoño.


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Se acerca el otoño
ya las hojas desnudan los arboles

y la lluvia hace su presencia como
si fuera aliada de la tristeza.

Otra estación
y ya no cuento cuantas van porque
la memoria se detuvo desde el
día que no estás.

Ninguna tiene
encanto, es como si se hubieran
esfumado o congelado en todos
los calendarios.

No me cambian
los paisajes porque ya no existes
en ellas, eres viento, lluvia que
me moja de no esperas.

Tal vez vuelvas
como las aves que migran volando
a su primavera, quizá solo es solo
una ilusión pasajera.

No te espero y
no te sorprendas, cada uno lleva
su camino que quizá nos crucen
en una esquina vieja.

Miro por la ventana
fumo, llueve como en esa otra
estación que se formo entre veranos
e inviernos

que quedó pegada al
otoño, que creamos sin querer en
nuestro adiós, en un día cobarde en
un día sin perdón

que dura tan solo un
rato eterno que nos es tan propio en
un almanaque negro que arrancamos
la hoja para olvidar el dolor.


Ruben Mangiagli.

© 2012

Cómo te quiero.


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Déjame que te cuente como te quiero,
sin tener que transitar los meridianos de tu cuerpo,

 porque ya sabes que me pueden y las
palabras se convierten solo en placer y más deseos.

Que sin mirarte te diga que por ti
me muero, que eres mi norte y la noche de desvelos,

que mis orgullos se comprimen en
tus manos cuando paseamos caminando abrazados

y mis pies que estaban cansados de
caminos y de atajos, se emparejan a los tuyos y solo

se detienen cuando una farola
adivina mis ganas urgentes de acariciarte y besarte,

es cuando el arte se hace besos y va
sin demoras ni escalas desde tus labios a mi boca.

Que cuando ríes mi alma se calma y en tus
ojos mi paz se justifica y desaparece lo que es nada.

Te quiero sin promesas , sin tiempo,
cuando estas pegada, cuando estas lejos, donde sea,

donde pueda, haga sol o llueva, en
invierno o primavera, te quiero porque cuando no

te tengo, me duele tu ausencia
que desaparece solo cuando dejas caer tu falda al

borde de la cama que
sin ti solo es madera que se esconde entre sabanas.




Ruben Mangiagli.
© 2012






Añejo.


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Tuve tantos motivos para decir adiós
como tengo tantos para volver,

y sin embargo me quedo aquí parado
esperando

que un adiós pueda convertirse en un
hasta luego y
desandar las palabras como si pudiera
decir el abecedario al revés
o empezarlo
por la mitad y ver si el final no es el
final,

sentirme tan frio e inestable como el
vaso que estoy bebiendo donde los
hielos desaparecen
en un whisky añejo que me sabe a un
recuerdo etiquetado
de olvidos y reclamos,

evitarte y que no seas la memoria de
la memoria que me conoce
y me asalta en esta noche
que por larga es tan breve que se va
palabra tras palabra
mezclando licor con nostalgia,

echarte de menos para que seas más,
y así me puedas desbordar,
donde ya no pueda evitar decir la
verdad, que te extraño
tanto que prefiero perderte
en una copa a volverte a encontrar.


Ruben Mangiagli

© 2012


Si quieres.


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Si quieres puedo bajarte la luna,
pero seguro mejor llevarte el
desayuno a la cama,

cargarte en andas si llueve
para que tus pies no pisen las baldosas
frías y mojadas,

abrigarte con mi chaqueta
si caminamos alguna vez de la mano
por una París nevada.

Es que no prefiero las grandes hazañas.

Soy un caballero que puede
hacerte la vida mas blanda, a cambio
de tu sonrisa clara,

y alguna que otra noche
hacerte el amor tanto y tanto, que al día
siguiente nos

olvidemos de ir al trabajo y
regalarte un poema escrito con besos
mientras recorro tu espalda.


Ruben Mangiagli
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© 2012


Máscara.


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No hay peor soledad que amar
sino se puede amar,


simular lo que no va a pasar y
seguir imitando la
felicidad, mirarse y ver lo que
se es en realidad,
en una imagen frente al espejo de
los demás y simular.

Sin saber la palabra a pronunciar
del mil, no acertar.

Pintarse el cuerpo de deseos e
intentar disfrutar
en la honestidad brutal de saciar
la necesidad de
poseer por poseer, costumbre y
la seguridad de
que el tiempo se va en besos de
nunca recordar.

Invalido para sentir e intentar
volver a soñar.

Pararse frente a la verdad sin la
remota posibilidad
de apelar la sentencia sin juicio
de extrañar tanto,
que por más mascara me ponga
entre mil disfraces
me descubrirás esperándote sin
poderlo evitar.



Ruben Mangiagli.

© 2012


Partes.


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Ponte de pie y camina,
simula para mi que eres una artista,

porque no tengo ganas de hablar de
dioses ni metafísica.

Vamos a definir las
medidas de tu cuerpo, sin números
sin tallas, por ejemplo tus senos que
que para ser exactos

quepan perfectamente
en las palmas de mi mano, o de tus
piernas que son justo la medida que
abrazan mi espalda

y que me enredan
en los deseos de perder mi calma, y
si bajamos por tu columna y cada
vertebra es un

peldaño de una
escalera, llegamos a las zonas bajas
de curvas peligrosas donde parte de
tu anatomía se realza.


Así que no
hablemos de religión, credos ni nada
que me quiera negar que mi dios solo
habita tus partes santas.
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Ruben Mangiagli.

© 2012


No lo sé.


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Quizá te pareces a la noche
donde los deseos poseen
y reemplazan sueños,
o a la luna de madrugada
donde las fantasías
vuelven a comenzar
quizá seas mucho más,
no lo sé,
a veces es difícil escribir
desde la situación
de amar,
cualquier palabra se podría
malinterpretar,
porque te he dicho tantas
para que te abras cuando
te he querido gozar,
que decirte solo por decir
que te amo,
desde el infinito del más
allá hasta la cercanía del
beso al desayunar
es tan poco que prefiero
callar y que hoy
solo me mires a los ojos y
halles vos mi verdad.


Ruben Mangiagli.

© 2012



Irreversiblemente.


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Mi puta manía de terminar mis comienzos en vos,
de conocerte tanto
de perdonarte,
de no someterte,
de no obligarte.

Tarde donde te extraño y te apareces en los rincones
y me conoces tanto
que me rindo,
te doy tregua y
aun sigues conmigo.

Estamos jodidos querida mía, yo porque no te tengo
y te quiero,
vos porque me quieres y
me vas perdiendo.

y en cada palabra que cruzamos nos buscamos sin
saber pero sabiendo
que si nos vemos
claudicaremos.

Jugamos a la mancha veneno y nos contaminamos,
es irreversible
no hay cura
ni descansos.


Ruben Mangiagli.

© 2012


Estrofa vacía.


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No entiendo como puede doler lo que no fue,
como explicar que el vació llena
y no deja espacios ni puertas abiertas.

Sentir que te falta algo, que estas incompleto,
pero todo lo que ves sigue igual,
un juego de los siete errores donde
el ultimo que soy yo no tiene diferencias y el
juego queda inconcluso y de nuevo
comienza.
Sentir que llueve en una soleada primavera y
que el sol sea la luna y viceversa.
Dar vueltas sin moverme, espiral que no me
tiene paciencia y no me espera.
Que uno más uno resulte uno y por muchas y
todas las cuentas teminen gritando que
sos un cero a la izquierda.
No hay lógica en el amor, el olvido es solo un
invento para no reconocer que he perdido
y la incógnita irresoluta de saber si
vos sentís lo mismo.
Darse cuenta que el punto final no es
un inicio, solo es el comienzo de un renglón
como este que queda vació,

sin adverbios, sin sustantivos donde no estas,
donde no estoy, escondiéndonos en
la desesperación de encontrarnos queriendo
no ser los mismos.


Ruben Mangiagli.

© 2012


Desde que no estas.


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No tenerte y saberte es algo 
que no puedo,
me enseñaste a volar 
y ahora camino, es como
ver un cabaret de luces por la 
mañana cuando barren 
el polvo de la escena donde
el placer no tuvo 
nombres ni testigos.

Algo así como descubrir que 
el poema
que me hizo llorar anoche,
por la mañana
apenas me interesa y jamas 
fue escrito,

ver y soportar este puto
mundo que
cuentan los diarios o cruzar

al actor de una obra de teatro
que va a la oficina
porque ese es su trabajo.

No sé, es como
abrir el cajón de una amante 
que te hizo
gozar tanto y ver su foto 
cuando tenia
nueve años.

Puede no entiendas lo que 
escribo quizá nunca 
me haz entendido,
solo trato de
contártelo 
para que al menos
ahora tengas una idea
de lo que siento desde esa
tarde que no estas conmigo.




Ruben Mangiagli.
© 2012



 


 


 






Mátame.


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Que no quede carne que no
queden huesos,

Mátame !

y que mi memoria haga el resto.

Sin cenizas que puedan
hacer fuego.

Que no haya remordimientos
ni duelos.

Así descansan en paz
mis manos de escritos yermos,

sin amor, sin heridas, con un
acto certero.

Mátame !

Ya no hay miedos ni instantes
sin dueños,

tengo todo ordenado y estoy
predispuesto.

Hazlo rápido, y que mi sangre
se libere de tu recuerdo

porque ya no puedo dejar de
amarte

sin morirme en el intento.





Ruben Mangiagli.
© 2012







 

Deseo.


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Me caigo, me levanto
me pierdo,

te invado, te penetro.

Mi boca reaprente en
tus labios el

beso, todos los besos.

Me tocas, me mides
me dejo,

tus manos en juegos

una tras una acarician
mi sexo,

te detienes y sigues ,
un infierno

de paraíso sin cielo.

No me aguanto ya no
puedo...

Me subo a tu cuerpo
hago cima

reinventado el deseo

Jadeas, suspiras todo
un concierto

tu llegas, yo llego y

por un instante sobre
tu espalda

se detiene el tiempo

soy tuyo, eres mía y
somos nuestros

en nuestra perversión
y lujuria

se ocultan los secretos.

 





Ruben Mangiagli.
© 2012






El amor.


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Hay tantos amores que pasan
y unos pocos que quedan, manos que te aprietan para no

dejarte escapar y otras
que acarician sin reclamar.

Sueños que jamás se van a
realizar, pequeños milagros que te sorprenden y que no
alcanzas a valorar,
suceden sin esperar.

Encuentros que ya empiezan
en desencuentros, que no se pueden forzar, esfuerzos por
nada que no
alejan un adiós mortal.

Retratos que no se acabaran
donde el anagrama de amar no se puede formar ni por
derecha ni intentando
todas las letras voltear.

Pero un día sin más sucede,
sin preámbulos, sin anunciar, como estrella de navidad
que aparece una tarde de junio
y que nadie más puede mirar.

Así es el amor, no tiene nombre
ni lugar, no sabe de distancias, entra sin llamar, te deja
cara tonta, una sonrisa que no puedes
disimular, no se puede huir,

duele respirar, y buscas sin
buscar el vocablo que lo pueda justificar, y no existe,
porque cada amor es único, personal,
una historia que no quiere un final,

que nos enseña otra a vez a conjugar el verbo amar,
yo amo
tú amas
nosotros amamos,
ya no importa nada más, por fin ahora todo está en lugar.



Ruben Mangiagli.

© 2012


Propuesta.


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Mezclemos el aliento
en un beso que no sabe de reencuentros,
que el sudor sea agua
bendita emanada de juntar los cuerpos,
hacer que nuestras
manos tenga infinitos dedos cuando nos
recorremos.

Que los pasos que nos
acercaron sean el comienzo de nuestras
piernas que se enredan
y que ya no reconozcan a sus dueños en
figuras que no tengan
arriba ni abajo, logremos que la piel al
fin levite sobre los huesos.

Hacer de cuenta que
nunca nos tocamos , simulando que no
nos conocemos, hacer
que el olvido sea ahora un recuerdo, sin
memorias de palabras,
inventemos un idioma donde todas sean
sinónimos un te quiero.




Ruben Mangiagli

© 2012



Piernas.


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Amor, me gusta cuando
tus piernas se vuelven brazos

y me abrazan y te digo:
no me sueltes,
y te invado.
Vientre arriba,
vientre abajo
cambiamos todo
y disfrutamos.
En la cama
con tus piernas bailo.
Te visto de sábanas
y de manos,
y de vez en cuando te bebo
y me llega un sabor
a mi boca,
tu sabor
de azúcar que
me queda impregnado,

como néctar
de sabor amargo.


Ruben Mangiagli
© 2012


 



La promesa.


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Porque anduvimos
tantas vidas sin
que una vida nos
cruzara,
tantas calles donde
los pasos
se buscaban,
que los arboles olian
a vos
cada mañana
y hoy estando lejos
siento que te
abracé tanta veces
en el aire
que me dolían
los huesos,
sos mi milagro
esperado,
mi casa junto a un
lago,
el lugar que tanto
estaba buscando,
un amor que se
acerca
inexorablemente a
mi cuerpo
y se hará carne en
cada uno
de los besos que te
debo.


Ruben Mangiagli
© 2012