Archive for abril 2013

Flores.


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A veces las flores se disfrazan de vos
y te queda su aroma, 
un intercambio de belleza que 
beneficia al amor.


Ruben Mangiagli




Acordes.


.

Quiero escribir sobre tu espalda
la melodía de mis caricias,
que tus vertebras sean las que
sostengan las cuerdas imaginarias

que tensas cuando mis manos
te tocan, y te aprenden,

que los ecos de los besos sean
infinitos sonidos que no
tengan traducción,
tan universales que sean únicos,

y tu respiración marque los
ritmos de los dos.

Éxtasis hecho música que hace
pasión, cuerpos húmedos
de transpiración donde resbalan
las notas de un amor.

escribiendo la sinfonía del deseo
que nos aleja del dolor.


Ruben Mangiagli.





Interpretación.


.

No paremos por favor
que las formas de la habitación
sean tan difusas
que no sepamos si somos más que dos.

Que los labios besen
por amor y los cuerpos se hagan
deseo donde las
manos se multipliquen sin tener razón.

Sin justificativos, sin
explicación, sentir que la lluvia
puede mojarnos
mientras nos miramos en una oración.

Sabiendo que los
límites se fugaron en las fronteras
que mutan
en las noches a la espera vuelva el sol.

Un viaje de placer
con peajes sin reclamación
donde sentirnos uno,
varios o solamente estemos vos y yo,

Un beso cómplice
que se hace secreto en las bocas
cansadas sabiendo
solo somos las pareja perfecta del amor


Ruben Mangiagli.





Bar.


.

Me gustaría encontrarte en la barra de 
un bar,
conociéndote como te conozco, pero
no sabiendo que sos vos, 
un juego
atemporal donde al verte me
enamoraría
otra vez como si fuera la primera vez,


Ruben Mangiagli






Eternidad.


.

Tengo los pies cansados de andar
de ir a todos lados
sin llegar.

Mis dedos gotean esta soledad y
se hace carne que ninguna
quiere cargar,

Mi besos se perdieron en la más
olvidada oscuridad escondidos
en un desván

Y mi sonrisa se arruga en cada
día que se escapa y
se me va.

Te añoro para respirar, aunque
no lo puedas ver lo
puedes palpar

en mi alma de cartón piedra que
se desarma en
mi pesar,


necesito que

que seas mi final, la mujer que
me acompañe en mi temida
eternidad.


Ruben Mangiagli








Simple.


.

Quiero viajar cerca del sol
entre nubes 
de color azul

sentir que me acerco a vos,
inevitable y veloz.

Que el beso que asoma en
mis labios
es el preludio

de un amor esperado,
encontrado
en la perfección

de las búsquedas
de los dos, aprendiendo

que el tiempo juega
a nuestro favor,

y decirte en el abrazo
esperado,

hola mi vida,
llegué,
besame, besame, aquí estoy.


Ruben Mangiagli.





Victoria.


.

Me consumo el tiempo en un 
cigarro
y se me enfría el café,
de tanto extrañarte a veces las
palabras se me escapan
en un poema que no es
más que tu nombre
escrito mil
veces del derecho y del revés.


Ruben Mangiagli




El arcón.


.

Estoy juntado todo,
fotos, recuerdos,
sabores, escritos y abrazos perdidos.

Uno a uno, sin
importar el orden,
todos valen y suman en esta tarea.

Imágenes de vos
que ya son historia
que fueron preludio, juegos y deseos.

Palabras de amor
que se quedaron sin
dueños y ahora son solo de los dos.

Tactos y gustos,
susurros y gemidos,
noches donde encontramos destino

y momentos donde
nos perdimos en tu
cuerpo y en el mio y fuimos caminos.

Es un arcón de todo
lo que hemos vivido
y sentido en este tiempo sin olvidos

por si algún día nos
llueve tanto tanto que
olvidamos este amor y sosobramos

en nosotros mismos,
y aunque el mar que nos
separe sea tormentoso y oscuro al

sobrevivir cansados
al naufragio lo abramos
y recordemos lo que juntos logramos,

y en un beso que
sea mitad caricia y mitad
abrazo superemos las dudas y fracasos.


Ruben Mangiagli





Aun.


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Aun me debo cosas a mi mismo,
vivir lo que no he vivido,
caminar sobre el borde de mi abismo
sin miedos, adueñarme de todos
los destinos.

Que las cuerdas de mi guitarra
se corten lastimándome
los dedos y con
sangre escribir mi ultimo verso

ese que por fin se atreva a contar el
dolor que llevo dentro.

Que mi sonrisa alguna vez
invada mi cuerpo, y que mi mirada
no cuente lo que veo cuando
mis manos se agoten de
acariciar tu cuerpo.

Y en el momento que mi locura
alcance su apogeo, mi
cuerpo fusione
todo lo que he hecho con
alguno de mis sueños.


Ruben Mangiagli.





Parte.


.

Arreglemos un asunto,
la parte de ti me corresponde
si me doy entero,

me cambio por alguna zona
de tu cuerpo, pero eso sí, elijo la
que yo quiero,

puedo optar desde tus
cabellos a la punta de cualquiera
de tus dedos,

probando cada parte,
aprendiendo tactos, sabores y
sus secretos,

tiene que ser algo de
lo que me sienta totalmente su
dueño,

sin equívocos sentirlo
por completo, memorizando
cada momento,

para poder marcarlo
con mis besos tan intensamente
que te haga

olvidar las veces
te tocaron otras manos y las
bocas te besaron,

y te sientas tan
mía que me ofrezcas tomarte
por entera

para que este
amor sea la perfecta simetría
de una obra maestra.


Ruben Mangiagli.





Sueño.


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Bajé por el cuerpo que albergaba
mis recuerdos,
uno a uno colgaban por mis huesos
y quedaban tantos huecos
que el silencio hacia ecos,

tan profundo fue mi sueño que no
quería despertar
sabiendo que si abría los ojos ya
no ibas a estar.

Te sentí deambular por mi sangre
y eras aire que no podía
respirar y me ahogaba
en lagrimas que jamas me atreví
a llorar.

Sentí la anestesia del dolor que no
se puede soportar, a tal
punto que no podía
ni sonreír por piedad.

Y bajé aun más, buscando un lugar
en donde no me puedas habitar,
de tan simple la respuesta
no la pude asimilar

tan evidente era mi corazón, que
al no tenerlo mis manos
no lo pudieron palpar,
solo vació

que no se podía completar y en
lo inconcluso de mi cuerpo
me di cuenta que ya
no volverás

y que me daba lo mismo dormir
hasta jamas despertar porque
en sueños aun al menos
te podía tocar.


Ruben Mangiagli.





Sórdido.


.


Me duele no tenerte,
aunque no se vea, aunque nadie se dé cuenta,
duele.

Mi boca está amarga,
negro mi café y mi cigarro consume tiempo
gastado

una y otra vez, como
si las agujas fueran al revés y el ayer sea un
mañana

en un calendario
que se repite en la misma estación que te
vas.

No voy a negarlo,
duele aunque lo pueda disimular o a otras
besar,

si mis manos saben
mentir, mi cuerpo las seguirá y en la mitad
partida

de una noche sin
mote volveré a inventar que puedo amar,
simular

la felicidad , cerrar mis
ojos para no verte en la piel de una mujer
que

me muestre que el
amor puede ser sórdido, gris, sexo frio nada
más.

Y si se me escapa tu
nombre no me voy a amargar, me bebo una
copa

y otra más, así en
honor de nuestro bendito amor la vuelvo a
follar

susurrándole lo mismo que te
decía a ti, que la quiero como nunca quise
jamas.


Ruben Mangiagli.

© 2013




Reflejo.


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Espejo que devuelve mi cara con
la resaca que se hace mueca en mi boca
como si cada arruga
fuera la huella de
una memoria que no abre ninguna puerta

y asciende y baja mis parpados
para que la mirada duela.

Noche sin estrellas, que suena
a tango que desespera de tanto melodrama
en cada letra y no soy
ni si quiera los restos de algo
entre los pocos que me recuerdan.

Extraña sensación que hace
que el humo de mi cigarro pese como si

fueran esferas de plomo que
aplastan mis pulmones y me enferman de
algo que se parece a
la melancolía hecha nicotina
en mi alma muerta.

Extraño tus labios rojos, tu
perfume barato de mujerzuela que cubría

tu piel blanca y suave como
la seda, y ahogo mi boca en licor que es
el portal de mis penas
para no pensar en tu no
recuerdo que me puede

en una imagen que se refleja
que de tan sola ni medio cuerpo le queda.


Ruben Mangiagli

© 2013






Con mis manos.


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Quiero que se te caiga el vestido en
la lentitud de mis manos pasadas de años.

Que ese simple acto devuelva
vida a la que he perdido por no encontrarte

antes, y respirar el aire en una
noche que habita desafiante dentro de ti.

Sentir que no fue malo extrañarte
entre nubes de tabaco y lluvia de licores

que me acompañaron en los
días en que amaba si haber jamas amado.

Que la cicatriz de mis palabras
se cierre en el funeral de mis letras que por

ser tan austeras nunca saben
expresar el sentimiento de esta entrega que

me recorre las venas y
es cuerpo, fuego que me consume y quema.

Quiero ya verte desnuda entre
sabanas de lino y seda, para así poder al

fin escribir en tu espalda mi
ultimo poema con mis labios y dibujar con

mis manos entre beso y beso
figuras de un amor que jamas he esperado.


Ruben Mangiagli.

© 2013



Orgullo.


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Restemos a mis años tus años y
que no de un numero 
exacto,
después de tanto
haber andado me merezco
el sentido de tu tacto
joven que recorre mis manos,


a cambio te doy mi experiencia
de hombre
que he acumulado
en noches de bohemia
donde
me escapaba para no ir a ningún
lado.

Entre copas y besos mimarte como
nadie te
ha mimado,
caricias y palabras que aun no te
han dado,

te aseguro que llegaras a lugares
que jamas
has imaginado
y que cuando camines

a mi lado y te miren otros, no
soltaré tu mano
y si sonrió con descaro debes
saber que solo es
mi orgullo de macho que
se asoma por tenerte a mi lado


Ruben Mangiagli.

© 2013



Hasta el cielo.


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No vas a leer algo que no sepas,
parece que vivo 
en la redundancia
donde a mi abecedario le faltan
letras
pero no me sale otra cosa, no
puedo escribir

ni en verso ni en prosa
lo que te quiero en un poema.

Que eres mi referencia, mi norte,
la noche mas bella,
un amanecer, mi huerta,

que mi tiempo
se detiene en tus
ojos de verde tierra y mi día es
mejor cuando llegas.

Tambien confieso no sin
vergüenza

que se me caen las medias ante
tu belleza y
que cuando enciendo un puro
mis manos tiemblan
con tu juventud
y mi edad que no ya no sabe de
cuentas,

siento que la suerte existe
cuando te miro irte

y doy gracias
por las veces que aun
me restan
por perderme entre tus piernas
una confesión tan breve
y cierta

como que te quiero hasta el cielo
infinitas veces ida y vuelta.


Ruben Mangiagli.

© 2013





Tres.


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Puede que te resulte extraño
pero las formas del amor y
los deseos a veces se me escapan de mis manos.

Que no entiendas la fantasía,
la necesidad de vivirlo por
una vez en la vida, sin preguntas ni alternativas.

Espero entiendas que no es
un juego, ni que el amor
esta en riesgo, y menos aun que te quiero menos.

Es probable que también
lo disfrutes, que sea en
en vos un oscuro secreto que ilumina tu cuerpo.

Una experiencia, un poco
de una noche robada al
cielo, que sea como un recuerdo que se borra

con el tiempo, sin dejar
huellas, solo memorias
de sabores nuevos aprendidos sin ningún miedo.

Sumemos a nuestros besos
otra boca, apilemos labios
y que todo lo demás suceda como en un sueño.


Ruben Mangiagli.
© 2013




Historia.


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He abierto las columnas del viento
y partido los inviernos,
los caminos se fundieron en
un abecedario de idiomas desconocidos,

escribí mil veces la palabra
perdido, hasta que se hizo
piel en mi oscuro destino.

Desolado fui testigo y acusador de
mi muerte, decreté la
culpabilidad de mi inocencia
y renuncié a todas mis creencias.

Y la vida solo fue eso, momento
tras momento que pesaban en mis
parpados sin sueños.

Un funeral lleno de viudas sin
hijos, un olvido presente en un
instante nítido,

el paso fugaz de una bala por sobre mis
oídos, sordos ruidos de noches
de sabores mezclados de sexo
sudor y vino,

sin duelos por amores perdidos
ni sentimientos de sometidos
cuerpos que fueron míos.

Así fue mi historia sin tus besos, ahora
que sabes lo que he vivido,
puedes elegir irte o
quedarte conmigo.



Ruben Mangiagli
© 2013




Pasión.


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Amerita que te cuente la forma
de este amor, y con mis manos
narrarte que cada beso es diferente
como cada suspiro,
como la última espiración.

Que la pasión toma los cuerpos
y se hace carne en cada acción de
los dos, sangre en mi erección
y jadeos en tu boca cuando
invado de a poco tu interior.

Debes saber que cada juego es
pagano y nos aleja de Dios que al
final como ángeles caídos
nos adueñamos de nuestro
infierno y el dolor.

Que el sexo se enlaza con el amor
en un circulo impenetrable
con puertas de entradas
y sin salida que nos atrapa
sin perdón.

Decirte que esto nos pasa es
algo inedito, un deseo de posesión
y entrega, un acto de dominio
y sumisión, la libertad
de la esclavitud,

que libera las almas y nos aleja del
rencor, una alianza, un
sublime acto que nace, crece y
muere cada noche entre
sabanas y sudor.


Ruben Mangiagli