Archive for abril 2015

La sosobra de la ausencia.


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La luna y la nubes,
la necesidad de escribir nueve números
y un cero,

dioses, lamparas y genios,

el recorrido de cuerpos con
caricias sin dueños,

los sonetos sin rimas que no tienen que
ver con la versos,

paisajes, gente, calles

otras y ellos.

Debo sentir que existen o al menos el
simular los veo,

aunque sean mentiras,
inventos que calman los desvelos, las
ansias

que mitigan un deseo.

Puedo fingir que existe todo, pero no
puedo con vos,

porque sos siempre mi
realidad
de palabras de alma con carne y huesos,

ese puerto que tiene por faro tus
ojos,

y mis manos que son una como barca
entre
las olas cuando

sosobran tu ausencia

y mudas piden ayuda a mil años de
la orilla de tus besos

palpando cada día un trozo partido de
recuerdos.


Ruben Mangiagli

©2015

Ese otro.


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El amor no es sino ese apremio acuciante de sentirse con otro, la necesidad de pensarse con otro, de dejar de padecer la insoportable soledad del que nace y muere solo, buscamos en esa persona no quien el otro es, sino una simple excusa para imaginar que hemos encontrado ese ser que con su corazón es capaz de palpitar en el silencio enloquecedor que media entre los latidos del nuestro.

RM


La rosa de Sant Jordi.


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Hay una rosa,
un libro
entre abierto pero aún no leído,
la distancia
que es como un dragón que no hemos
vencido,

un amor, una flor,
un poema que lleva escondido tu
nombre
y que en mis manos te espera para ser
escrito

con pétalos sobre
tu espalda
y fundirse en este sentimiento entre el
mar, los cielos y la
montaña

para que las rimas
sean una realidad entre el presente y
el mañana,
beso sobre beso, un solo
cuerpo.


Ruben Mangiagli

©2015


Seguir.


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Dicen que no se muere mientras vivas en el recuerdo de otros, que sigues existiendo si pronuncian tu nombre, que si quieres a alguien y la nombras en el silencio recuerdas todo lo bueno que viviste con ella, que puedes hacer de las imagenes letras, quiza sea el momento la nombre y de escribir otro poema por si vuelve a leerlos para que de sus labios escape mi nombre una vez más aunque se pierda entre suspiros en el viento en esta estación sin duelos y ausencias.


RM


Los huecos invisibles.


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Nadie lo nota, no hay síntomas,
diagnósticos o cura,
las manos aun escriben,
los ojos distinguen imágenes,
y la memoria aunque
confusa existe,

pero me duele todo por dentro,
es algo invisible que
recorre mis huesos y se
queda contra mis costillas, en
el punto medio entre
mi coraza y
el deseo.

Abarca integro los arcos en los
ángulos
del tiempo,
mis abrazos que se
quedaron estáticos,
mis pasos que sin destino
desgastan mis zapatos.

Me duele ella, la mujer que no
tengo, que habita
tan en mi, en lo profundo
de mi cuerpo,
aunque yo lo disimule
y mis palabras se cubran
de huecos.


Ruben Mangiagli
©2015


El rey.


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A pesar del tiempo, las nubes
y los cielos,

las estaciones, las lunas y el
ocaso

de los sonidos del silencio,

el rey sigue vivo,
no ha muerto.

Con condenas desmedidas y
sin anuncios,

en el yugo de la guillotina de
las silabas

que una a una cortaron cada
palabra,

en la asonancia de estrofas y
rimas

que no son creadas y poco a
poco se olvidan,

el rey está desnudo en
alma y sin dicha.

Los libros se apilan en pocas
lecturas cautivas,

encerradas en paginas tal cual
celdas vacías,

y entre desiertos húmedos de
lluvias malditas

en su soledad él solo respira,

entre una reina y otras tantas
que lo aspiran

el rey espera para que el
destino no decida.


Ruben Mangiagli
©2105







La ilustración de un no.


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Se anulan los sentimientos, caducan en el tiempo,
es ver por una ventana un huerto que es desierto,
que de tanta arena es la imagen del 
destierro.

La negación de lo posible se palpa en todas partes,
en el aire, entre cada suspiro, en el espacio de las
letras que se hacen sonido.

No es desamor, eso seria algo, al menos
consecuencia
de haber sentido, entonces si se deshace se pierde
pero sino queda nada solo es el no
incrustado en negativo.

Un no breve, contundente que hace del tiempo un
juguete, un no dicho claramente que no
da dudas ni preguntas,

el final de un amor que no perdura, solo queda un
vago recuerdo que no espera, algo no escrito
que no deja ni un nombre entre
todo lo perdido.



Ruben Mangiagli

©2015