Archive for diciembre 2017

Sobreentendido.


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Hoy extraño esa nada que había entre vos y yo,
sutil y callada,
sobreentendida,
con tantas ilusiones
que todo fue muy poco,
siempre un instante,
y ahora un sinónimo de nunca
que aún a pesar de todo
todavía puede suceder,
como las estaciones cruzadas,
las promesas que no fueron,
tal esos besos con gusto a distancias
que se durmieron en desvelos.
Hoy extraño ese todo que había entre vos y yo,

te sigo queriendo,
pero no te preocupes, todo pasa, pasa todo y
el amor no muere
solo cambia.

Ruben Mangiagli.


224.


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Con la tenue luz del día nublado en la lustrada madera de cerezo de las mesas. Moviendo el ánimo de un estado a otro con tan poco esfuerzo como lo es mover piezas en un tablero de ajedrez pero sabiendo que las partidas se juegan hasta el final.

10.


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Sigo buscando
un
poema de

diez
palabras

para poder enamorarte.

RM

Instante.


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Nunca ha habido más comienzo que el que hay ahora, 
ni más juventud 
ni vejez que la que hay ahora, 
y nunca habrá más perfección que la que hay ahora,
ni más cielo ni infierno
que el que hay ahora.


223,


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Hay momentos en los que un hombre tiene que luchar y hay momentos en los que debe aceptar que ha perdido su destino, que solo un iluso seguiría insistiendo. 
Pero lo cierto es que siempre he sido un iluso.


222.


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A menudo recorro la mitad de mis labios con los dedos para sentir las cicatrices de tus besos.




Recuerdos.


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Barquito de papel
recuerdo genuino y tangible de
mi niñez

que surcaba los mares
de charcos tan bravío y valiente
como cascara de nuez,

de banderas cielo
y nubes con velas de promesas
que olvidaban el ayer.

Con mis manos te
construía para que dures para
siempre

pero eso no nunca
pudo ser, porque el siempre se
quedaba lejos

como ese jamás
que solo se cumple cuando el
amor

de una mujer que
tiene nombre de Victoria se ha
ido para no volver

y de esa infancia
hoy solo queda mi mirada triste
que naufraga

en ese recuerdo
que se hunde en el fondo de un
mar de memorias

de un niño que
se hizo hombre tan pronto que
no aprendió a perder.

Ruben Mangiagli
©2017


Manos en silencio.


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Mi silencio
grita en mis manos,
y ellas callan cuando escribo
cómo si supieran
que todas las palabras que
comenzaron jamás
terminarán en vos,
igual que el amor del desamor
o el tiempo sin reloj,
perenne, ingrávido, 
manco de verbos,
saturado de recuerdos
que nunca fueron.

Ruben Mangiagli