Porque un día cuando llegaste quise contar mi respiración frente a vos
Y dejé de respirar.
Porque un día cuando te fuiste quise contar los latidos de mi corazón
Mi corazón aún recuerda sus medidas,
más que mi memoria y aún más que mi tacto,
sus piernas eran tan largas como
veintidos besos míos con tres suspiros de intervalos,
su cintura era exacta a mi abrazo,
los pechos del tamaño de mis manos,
y su boca el vertice de mis labios.
RM
Deberíamos desenterrar los fósiles del amor, volver a armar los huesos, ponerle un nombre raro, en latín.
tipo
Amorus primitivus,
exponerlos en un museo, e ir a visitarlo y recordar que alguna vez amamos de verdad.
RM