Los hijos son la promesa que el tiempo hace a los padres,
un rato más de vida en la eternidad, y que con sus manos harán
lo que no podemos hacer ya y crearan otras que aún ni podemos imaginar.
Archive for 2021
Hijos.
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Gravedad.
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No hay manera de huir de la gravedad... No importa a qué velocidad vayas, sigues cayendo como una piedra. Eso te hace preguntarte si el movimiento horizontal no será una ilusión. Si no nos movemos sólo para convencernos de que no nos estamos cayendo.
Seguir.
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Siempre que una persona te cierra la puerta a su vida hay otra abre las ventanas de su existencia para que te asomes.
Ruben Mangiagli
Asomados.
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Ven, asomemos nuestros cuerpos
al abismo
de un beso,
un te quiero,
de un te espero,
un podemos.
Perdimos tanto que puede que
esta vez ganemos.
Si nos caemos
que sea juntos,
asumamos el peligro,
caeremos abrazados y tocaremos
por un instante
el cielo
como los amantes se aman contra
todo, incluso ellos
mismos y
hacen del amor algo bello y digno.
Ruben Mangiagli
Amor perdido.
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El amor perdido es un tipo especial de fracaso, me parece.
Es un recordatorio de que algunos logros nunca llegan, no importa con qué devoción los hayamos deseado;
de que algunas estrellas jamás brillaran, aunque nos paremos a mirar en el borde de cualquier mundo del universo.
Disparo.
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Si disparas con una pistola, la bala cae al suelo después de su recorrido con la misma velocidad que si la sueltas con la mano, la devastación sucede en el medio.
Ven.
.
Si no me necesitas, vente a casa,
si me necesitas, también,
si te atreves a dejar tu pasado detrás
sin darte vuelta para mirar
puedes entrar,
si tus recuerdos son tantos que no lo
puedes olvidar,
tráelos,
los haré míos para que te puedas
aliviar,
yo te voy a cuidar, aunque seas más
fuerte que una tormenta
en el mar y tan
volátil como un volcán está a punto
de estallar,
ven, quédate
y lo que tenga que pasar entre cafés,
besos, y cosas que jamás
vamos a narrar pasará,
ven o sino te voy a buscar
y quédate,
un rato, un día, una vida o para toda
la eternidad.
Ruben Mangiagli.
Enero 19
.
Ambos vimos, en veinte minutos de conversación, algo que nos gustaba, una voluntad de no levantar muros, o de no dejar que los muros ya levantados se tuvieran en pie, fue como un abrazo esperado, beber vino blanco, compartir el último cigarro.
Nos encontramos.
Alicia, no.
.
Ella no se llama Alicia,
ni yo soy un gato
que la engaña
desde arriba del árbol,
puede ella siguiera un
conejo blanco
que la buscaba desde
otra vida,
quizá yo era ese otro
personaje
que no aparecía en
ninguna narrativa.
ella no se llama Alicia
yo me llamo como me
llamo, da igual que
no lo diga,
y juntos puede que
escribamos esa
historia en un país de
las maravillas.
Ruben Mangiagli
Vivir por amor.
.
Recuerdo bien
ese día que morí,
no hubo esquelas en
los diarios,
ni comentarios en las redes,
nadie se dio cuenta,
pero yo si.
El funeral fue discreto
pues a nadie
invité,
no escribí nada ese día ni
tampoco una semana
después.
Puede que creas
que morí por vos
pero te puedo asegurar que
no fue así.
Quizá pensás
que tu adiós me
mató como un rayo de sol en el
desierto mata una
pobre flor,
que me suicidé
en la destrucción
precisa y justa de tu desamor
pero te confirmo
que no.
Sí, recuerdo bien
ese día, morí para
que mueran tus promesas de
amor, para tirar
tus besos por mi
balcón,
para olvidarme
de tu gusto, de tu sabor, de tu
sexo y de todo lo que
tenga que ver
con vos.
Y si ahora por
casualidad lees esto
y te preguntas tan solo por
preguntarte porqué
no morí definitivamente
por vos,
te lo cuento,
fue para nacer de nuevo y
vestirme
para la ocasión
de un nuevo amor
que por fin
llegó,
y ya ves, te escribo
pero no te escribo a vos, sino
para leerme
y darme cuenta que
estoy vivo
y si me toca
morir de nuevo, esta vez
seguro
será por algo bueno
que con vos
no sucedió,
moriré por alguien
valga la pena de
mis desvelos de sueños sin
dolor,
moriré por alguien me quiera
y será por amor.
Ruben Mangiagli
Mi mano.
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Esta es mi mano,
la que oculta mi cara, parte de mi mirada,
para no descubras
que me haces tanta falta,
al punto que ella
solo escribe para ti,
desde antes te anunciaras como algo que
ni siquiera puedo
llamar milagro, porque olvidé
los significados
de tantas cosas que ya no sé,
que necesito reaprender
de nuevo en un
te quiero, en un montón de besos y en el
reverso de este verso
que solo tú sabes leer.
Ruben Mangiagli
Rosa.
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Si una rosa puede escapar de su cautiverio, quizá vos te animes.
un día de estos,
en una estación cualquiera,
en otra vida,
pero el tiempo pasa siempre,
nunca espera.
Ruben Mangiagli.
Creación imperfecta.
.
Comienzo la creación
de un poema,
intento poner tu rostro en palabras,
en un solo instante
tus ojos encuentra un adjetivo, belleza
infinita,
la comisura de tus labios,
tu boca, creo que entiendes,
es el deseo,
el mismo que cuando tomas un helado
pero diferente,
y tu piel te completa,
en tus manos, tus caderas
en el centro de tu entrepiernas y se
hace casi eterna a lo largo
de tus piernas,
mientras tus lunares
me ayudan con los puntos seguidos,
párrafo tras párrafo
para hacerte estrofa, rima,
mujer, dama y señora.
Y te sigo escribiendo
del revés, por tu espalda hasta tus
oídos que se cubren
de tu cabellera de cometa
he intento decir algo del
amor, pero no me sale, pero veo y
siento me rodea,
nos rodea.
Te creo en un poema
pero no soy tan bueno como poeta
y me quedo inmóvil
ante tu belleza
y lo que quería escribir
al final no me sale, es estás en mí
tanto, en mi pensamiento y
en mi pecho que mis
dedos no siguen
las sílabas de mi cabeza.
Doy una calada al cigarro,
el café ya se enfrió hace rato y te
prometo que al final
en algún momento podré
escribir algo
cuando no piense en tus labios.
Algo tan sencillo, tan claro
cómo un te quiero
que te debo desde hace tantos
años
y será una caricia tan intensa
como llevarte de la
mano.
mientras la historia se hace un
presente que aún no
imaginamos.
Ruben Mangiagli