Recuerdo bien
ese día que morí,
no hubo esquelas en
los diarios,
ni comentarios en las redes,
nadie se dio cuenta,
pero yo si.
El funeral fue discreto
pues a nadie
invité,
no escribí nada ese día ni
tampoco una semana
después.
Puede que creas
que morí por vos
pero te puedo asegurar que
no fue así.
Quizá pensás
que tu adiós me
mató como un rayo de sol en el
desierto mata una
pobre flor,
que me suicidé
en la destrucción
precisa y justa de tu desamor
pero te confirmo
que no.
Sí, recuerdo bien
ese día, morí para
que mueran tus promesas de
amor, para tirar
tus besos por mi
balcón,
para olvidarme
de tu gusto, de tu sabor, de tu
sexo y de todo lo que
tenga que ver
con vos.
Y si ahora por
casualidad lees esto
y te preguntas tan solo por
preguntarte porqué
no morí definitivamente
por vos,
te lo cuento,
fue para nacer de nuevo y
vestirme
para la ocasión
de un nuevo amor
que por fin
llegó,
y ya ves, te escribo
pero no te escribo a vos, sino
para leerme
y darme cuenta que
estoy vivo
y si me toca
morir de nuevo, esta vez
seguro
será por algo bueno
que con vos
no sucedió,
moriré por alguien
valga la pena de
mis desvelos de sueños sin
dolor,
moriré por alguien me quiera
y será por amor.
Ruben Mangiagli
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Vivir por amor.
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