Puede que las hadas existan,
aunque no la podamos ver,
y que tengan algo de vos,
quiza los duende malos existan,
y no los podamos evitar,
que sean como el tiempo
dejamos escapar.
Pueden ser tantas cosas que ya
no sé que pensar,
o solamente sea que no puedo
encontrar
ninguna manera de olvidar.
Ruben Mangiagli
©2017
Archive for octubre 2017
Hadas y duendes.
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Lluvia sin soledad.
.
Afuera la lluvia comienza de nuevo,
como si fuera un ritual,
así que no debemos llorar,
el agua siempre llega al mar,
todavía podemos soñar, cerrar
los ojos y mirar
en las horas que olvidamos
en algún lugar.
Imagina un rincón, en casa, que
puedas recordar y sientéme,
una habitación, la que quieras,
con las ventanas cerradas,
las puertas aunque tenga
llaves se podrán abrir
fingiendo la felicidad que un
día dejamos escapar.
Las historias de amor se hacen
viejas, como nosotros,
y a los amantes que no se
tuvieron el tiempo
los envejece sin pensar en
lo que hubo y no será,
no se puede evitar,
pero podemos respirar, y en
el corazón recordar un
latido que no pudimos
olvidar,
deja que nos mezclemos en
las estaciones, para que
los calendarios no tengan
nombres,
abrázame como si tus manos
pudieran hablar,
que los silencios se callen y
no puedan gritar,
todo en ese instante se puede
perdonar, y con el viento
encontrarnos
y ya no estar solos nunca más.
Ruben Mangiagli.
Ella me enseño dos cosas:
.
Té:
Tres minutos y medio de infusión. Más, queda agrio, meno s, queda insípido. Todos los detalles tienen siempre su importancia, me dijo, nunca lo olvides si estás conmigo.