Escuché la tormenta sin pensar,
hice del agua que caía
un manantial,
para seguir creyendo
sin cuestionar
que la naturaleza tiene alma de
mujer
es tenaz,
complicada,
inesperada,
disfruta de la libertad como si
el tiempo jamas
se fuera a terminar.
La tempestad es mujer y a los
hombres solo
nos queda
esperar,
solo esperar
que el temporal no nos vuelva
a ahogar,
respirar,
aguantar y
benditos
los que tienen Fe que pueden
rezar.
Diluvio que llega sin esperar y
yo con un paraguas chino
me quiero cobijar
y aguantar.
Ruben Mangiagli.