No entiendo los silencios quebrados,
esos que forman como si fueran los
círculos de un mundo paralelo, en el
que solo puedo susurrar te deseo en
el más inexpugnable secreto.
Prefiero expresar lo que siento en la
voz firme que me da mi certeza, sin
ocultar lo que tengo, no quiero ser
marea alta que solo llega de noche y
viento sin destino ni dueño.
Es como ser adyacente en un angulo
muerto, sentirme que soy un mapa
vació de montañas y ríos, un camino
sin destino ni señales que termina en
un abismo infinito.
Sé dirás que no son buenos tiempos
y que aunque no te lo diga te enteras
de lo que siento, pero tengo espinas y
huesos que lastiman mi garganta, sino
puedo decir al menos...,
que te quiero.
Ruben Mangiagli.
Decirte te quiero.
.
Tus piernas.
.
Quizás la felicidad tenga muchas formas y
que este de diferente maneras, abstractas,
otras concretas.
También quizá sea una cuenta simple, algo
así como la sumatoria de momentos que
parecen eternos.
A mi me pasa un poco de todo eso, pero de
una forma extraña entre tus piernas, lugar
que pierdo mi consciencia.
Triangulo con vértice de placer, donde mi
cuerpo justifica su existencia y se pierde
sin condenas.
Cuando abrazas mi espalda con ellas, yo
me siento fuerte en la debilidad de todas
las formas de entrega.
Bendita sean tus piernas, donde ser feliz
para mi fue tan simple, que de pensarlo
mi sexo se despierta.
Ruben Mangiagli.
Inevitable.
.
Como si fueran cosas del destino nos fuimos acercando, creyendo
que lo inevitable podría no haber pasado, algo así como jugar con
Nos acercamos tanto que el aire que respiramos casi nos ahoga de
tanto esperarnos, y el sentimiento contenido de años nos desbordo
liberándonos de nuestro pasado.
Desacertada suma que creíamos que resultaba uno más uno daba
dos, y solamente alteramos la ecuación siendo solo uno pero
hechos con las almas de los dos.
No fue la suerte quien nos juntó sino las palabras, las noches de
charlas, donde me contabas tu vida y yo te escondía la miá, y
sin querer esperábamos el día.
Nada tiene que ver el destino si hoy aceptamos el amor, porque
al final nos reencontramos por tanto mezclar tus ojos de cielo
con mi mirada fija en vos.
Ruben Mangiagli
Herida.
.
No sé aun que me duele más, y
si todavía sangro, si el haberte
perdido o el haberte encontrado.
No puedo cambiar lo vivido ni
descubrir los viejos caminos que
fueron pasando a mi paso,
ni borrar las palabras que quedaron
grabadas a fuego en tu piel las
veces que te hice daño.
Por eso no se si el haberte
tenido fue bueno o malo para
ambos.
Fuimos victimas y victimarios
de un amor que planeamos
de antemano.
Como si fuéramos dueños del
destino y soberbios creímos que
todo ya lo habíamos escrito.
Si esa noche te hubiera evitado
hoy tu alma estaría entera y no
partida a pedazos.
Pero fue bueno encontrarte,
egoistamente hablando, porque al
fin sentí lo que es ser amado.
Ruben Mangiagli
Bea ( tu nombre )
.
en mi momento, en el sol que
brilla a la mañana y al caer la
.noche cuando me dices te
quiero.
En el jazmín que huele a tu
piel, que crece en mi, y se
queda seco y revive al son de
tus caricias, con el calor de tu
beso.
En mis manos que te buscaron,
que te aprendieron, como se
aprende el abecedario, para así
buscar tus letras y tu nombre
eterno ( Bea)
En la sonrisa que se instala en
mi cara, que hacia años ya no
estaba, y como arte de magia
tu risa se contagia en mi boca
gastada.
Te quiero desde hace años y yo
sin saberlo seguía siendo como
un extraño, que te añoraba en
mi alma, tanto, que me dolía el
cuerpo.
Y hoy en lo tangible de un vuelo
en lo surrealista de la historia que
parece salida de un cuento, te digo
llego una mañana de sábado, y te
llevo
mi corazón, y dejo mis sueños en
tus manos, que es donde siempre
quisieron estar, renovados en tus
ojos negros,que desde siempre me
esperaron.
Ruben Mangiagli

Despetar.
.
Si pudiera despertar una mañana
en aquella mañana donde te vi
al lado en la cama, pararía el
tiempo cubriéndolo de sabanas,
y al quedar tu cuerpo desnudo
podría revivir la experiencia de
volver a ver la mujer mas hermosa
que jamás vi, y como penitente
que sabe cometió un grave error,
borraría todo lo malo que te dije
como un acto de constricción,
porque podrán amarme otras
mujeres, pero nunca me amaran
como lo hacías vos.
Ruben Mangiagli.
Iluminado.
.
Cuando me preguntan por el amor,
yo me pregunto, porque creen que
lo sé yo?
Que consejo puedo dar, si apenas
me conozco en esa situación, no
hay norte ni razón.
Si me preguntan por la vida, no
tengo nada que agregar, salvo que
he vivido y ya está.
Y eso que leo mucho, por demás,
pero hay temas que ni los libros
saben explicar.
A veces pienso que las palabras
error y dudar las inventé para así
saberlas usar.
No hay nada que yo pueda aclarar,
es verdad que sé el significado del
verbo amar.
Puedo contarte si, lo que es tener
amigos de verdad, esos que sabes
siempre estarán.
Por todo lo demás, de amores que
se fueron o que están, es personal,
solo mio y de eso
como hombre que soy, prefiero no
hablar, porque me respeto a mi y a
a las mujeres supe amar.
Ruben Mangiagli.
Hombria.
.
Si tuviera que elegir el vivir con o sin vos,
no se lo que haría,
porque mi hombría se impregna de todas
tus partes femeninas,
y mi alma que no tiene sexo ni color toma
de vos tus formas sin pudor.
Porque mi cuerpo no es carne sin tu amor,
y mis huesos menguan
en los rincones de mi soledad antigua en
los lugares que tu ser
esquiva su visita, y mis pasos se pierden
en una espesa neblina.
No creas que estoy loco cuando escribo
estas palabras que
son una sincera confesión de parte, sin
testigos ni letrados,
tan solo dejo claro que con vos soy mejor
un hombre que ama, da su corazón.
Ruben Mangiagli
Puente.
.
Si pudiera entrelazar mis caminos
para que no sean varios y no haya
la opción de atajos de licor y vino,
que por un instante olvide el sabor
agrio de mi dolor aprendido, tener
el vaso vació de duelos sin sentido.
Mirar lo que no veo, entender que
los momentos pasan si no sé como
ver los pasos que fueron perdidos.
Debería tener un puente que cruce
los abismos que me separan en los
días que tanto añoro estar contigo.
Tal vez, cerrar mis ojos marrones
de inviernos y poder dormirme en
los sueños que no tienen destino.
Que seas tú mi estación de llegada
y que me digas bienvenido mi vida,
este es el lugar que tanto buscabas.
Ruben Mangiagli
Tiempo.
.
No sé donde va el tiempo cuando se pierde,
porque no recuerdo haberlo extraviado.
Tampoco supongo lo he ganado, creo no es
algo que sea un premio logrado.
Su paso va formando recuerdos que se van
apilando sin ser clasificados.
Como pueden decirme que el tiempo se va
si miro tus ojos claros?
No puedo retrocederlo ni adelantarlo, exacto
reloj que no da descanso.
A veces solo la sensación que las horas son
minutos sino estas a mi lado,
otras, cuando te extraño, las agujas marcan
eternidades a cada paso.
Mi tiempo es hoy, eso lo tengo claro, ayer
es pasado, y mañana no ha llegado.
Ruben Mangiagli.
Poemas.
.
Alrededor del poema otros pequeños poemas
a medio nacer de los que no salió más que un
adjetivo o una mayúscula,
son las pruebas de mis momentos inconclusos,
donde el silencio me puede porque se atenaza
a la razón que domina mi corazón.
Ahí están las palabras que te adeudo, que no
saben de ausencias porque jamás salieron,
son semillas que no conocen huerto.
Ojala pudiera decirte lo que siento, sin que las
rimas se me atraganten en el pecho, seria
bueno respirar y decirte te quiero.
Pero habrá que esperar el día que mis versos
que se forman de silabas que no soy dueño,
liberen mi vida para que sean sueños.
Ruben Mangiagli.
Locura.
.
En la estática quietud de mi locura,
que va moviendo mi vida, te espero,
ya sin saber como decirte te quiero,
como un idioma que es ciego, y mi
cuerpo preludio de muerte que va
andando sin que nadie lo desee, sin
alma vendida quisiera inventar un
abecedario de mi delirio sin final.
Es mi espalda la que me pesa, que lleva la carga de imaginar.
Y mi columna que brota de espinas
me flagela en la distancia, y el reloj
avanza ignorante del daño que causa
en los orgullos de las suposiciones
que no tiene dueños ni banderas, la
luna desaparece para ser luna nueva.
Mi piel que guarda tu memoria, te invoca con o sin certeza.
Mis manos, huérfanas letras, juegan
entre ellas, entrelazan el vació de lo
que no existe, y ni el agua pueden
retener, porque sin ti se hace hielo
que quema mis dedos, y las palabras
que un día fueron claras, van y vienen
encliptadas de los códigos que al final
son solo símbolos de lo que fue y de lo que hoy es casi nada.
Y mis pasos que me alejan despacio
aceleran tu perdida, las huellas se
borran sin dejar señas, desconcierto
de ideas que solo se resumen en una
palabra, extrañar, un verbo que mata
sin matar y muero sin saber como hay
que resucitar, cierro los ojos, quizá hoy no te vuelva a soñar.
Ruben Mangiagli
La pared.
.
No te quedes parada, vení y ayudame
pintemos este muro con los momentos
que vivimos que son tantos y no fueron todos perdidos.
Pinta vos de este lado y veamos como
vamos, si los negros pasan a grises y
los grises después a blanco, y ponemos colores abstractos.
No te quedes estática y comencemos
que el tiempo no va lerdo, que juega
en contra de los sentimientos y que juntos lo venceremos.
Mezcla tu nombre con el mio y si
resulta una entelequia para los demás,
no tenemos nada que explicar, es nuestra vida personal.
Y si me mancho la mano pintando,
ya sabes que un día dije cosas que
no siento, es lo mismo, te pido comencemos todo nuevo.
Si me ayudas quizá podamos estar
mejor y descansar, estafarle a la vida
un momento, y te escribo un verso mirando tus ojos negros.
Ruben Mangiagli.
Linda rubia.
.
Linda rubia: las otras lindas mujeres
saben que tú eres la más bella entre ellas.
En sueños hice un medallón dorado
con las dos medialunas de tus cejas;
marco de mi retrato en miniatura,
que vi en tus ojos de color turquesa
que las azules alas le robaron
a la mariposa que estaba sin dueña.
esa azul mariposa que en la rosa
lograste al fin hacerla prisionera.
Tú eres la luna medialuna blanca
en mis suntuosas noches de bohemia,
en las aristocráticas fiestas.
-vinos de mieles de Afrodita y Leda-
y hasta en las perdidas noches
del amor rendido
donde te busco en mis tinieblas.
La medialuna es Venus de los cielos
y tú eres medialuna de la tierra.
En tu falda de plata, Medialuna,
voy a besar el oro de tu entrepiernas.
Ruben Mangiagli
Ruben Mangiagli.
Habia una vez...
.
sin saber que paso debo dar, si vale la pena dejarse llevar,
si mi vida debe estar en un lado, o quizá un poco más allá
y me sentí como un niño parado frente a la vidriera, no sé
lo que debo desear.
Es como caer en la madriguera del conejo en un pozo sin
principio ni final, tener todo el tiempo para pensar, morir
sabiendo voy a resucitar, revivir el dolor que quema pero
no mata, querer tanto algo que se haga realidad, errando
sabiendo me puedo volver a equivocar.
Como si los tiempos se partieran en mi columna, sin saber
como unirlo si el pasado debe ser presente, si hoy debe ser
el principio de mañana y me quedo sin el ahora los días se
van en el laberinto del sentimiento y mi mundo al final es
el cuento que jamas terminará.
Había un vez un hombre que quiso tanto.........punto final.
Ruben Mangiagli.
Necedad.
.
conoce cada parte de mi cuerpo, los sabores que guardo
que brotaban en sus besos,
ahí radica mi vulnerabilidad
y mi fortaleza, que sé bastante de distancias
y también de esperas.
Yo de ella conozco los rincones donde se esconde para no
decir lo que piensa,
que le pasa cuando su noche es larga,
sé de las dudas que dice son sus certezas,
y que sabe de esperas
como yo,
ahí coincidimos como enemigos dentro de la impaciencia.
Nos sabemos tanto, que podemos andar sin mapas y sin
embargo perdernos para poder encontrarnos.
Ruben Mangiagli.
Juegos.
.
Mientras la ciudad duerme
se acoplan mis manos a tu espalda
fallecen los labios tras besarte
mis dedos fascinados de verdades
despiertan el hambre de atornillar
mi lengua a la ciencia exacta de tu elevación.
ER
Y a los juegos de dos y placeres de uno,
recorro tu piel dejando huellas de besos
que hacen centro perfecto, donde tu cuerpo
se abre en dos y existe un solo adverbio, tiempo,
y ahí los relojes mueren y yo me pierdo, y
detras adversos de cantidad de húmedos sueños.
RM
se estremece terca mi columna vertebral
colgada por hilos de deseo
que apresan y sueldan tu sexo al alma
en la humedad del placer
se desnudan los sueños agitados,
impulsos se evaden , eres mi esclavo y mi dueño.
ER
Aprendí el sabor de tu boca, de tu medio, en
cantidades de lecciones y en diferentes verbos,
que componían melodías de espasmos y de
movimientos cuando abrazas mi celo en tu
interior, cuando pierdes las nociones del te
quiero, y eres solo fuego liquido de infiernos.
RM
Me caigo sobre tu cuerpo abierto ( y yo
me rindo a la invasión y el territorio que
ahora es tuyo te lo ofrezco ), solo somos dos
que parecen mil cuerpos, tantas figuras y
curvas, que al final el tiempo es nada si los
cuerpos se unen en un infinito juego.
ER-RM
repaso y error.
.
A veces aun te busco en la luna que miramos,
como si ella podría decirme las respuestas de
las preguntas que no puedo hacer, como si en
su brillo aun pudiera leer las cosas que hemos
dicho y que olvidamos por olvidarnos de todo
incluso de nosotros mismos.
Mis labios, que se mojaron con el whisky que
compartimos, entre tabaco y palabras que si
sabían contar cosas de amor, miradas, besos
en una terraza que fue testigo privilegiada de
momentos que solo sabemos vos y yo, sillón
de uno para dos que guardaba
el calor de un verano pero no nos importó. Y
mi boca que como te contaba mezclaba sabor
de tu sabor, fuimos tan intensos y cobardes en
cada situación, que nos desbordamos diciendo
fácilmente adiós, sin pensar, sin pelear, y sin
buscar una solución.
Y así nos quedamos hasta hoy, en una niebla
que nos puede a los dos, llena de recuerdos y
sensaciones adeudadas, como si por haberlas
escrito creyéramos que las habíamos vivido y
no, es un engaño de la memoria, soñábamos
tanto que el presente se nos fugó.
Ruben Mangiagli
Dos versos.
.
Puedo decirte que te quiero como quise
alguna vez en un tiempo atrás.
Decirte que eso no es verdad, porque te
quiero desde mucho pretérito detrás.
Que siempre estabas aunque sin saber
me moría por quererte encontrar.
Contarte entre besos y juegos que mi
cuerpo cambia cuando te veo.
Que los amores que he aprendido hoy
al tenerte los voy desaprendiendo.
Mis manos trémulas timbran al tocar
tus senos de luna de invierno.
Quizá sepas que eres mi descanso, mi
mañana preferida de verano.
Tus ojos son mi cielo privado, donde
los míos olvidan el pasado.
Y todo esto lo cuento solamente para
escribirte los últimos versos:
Al final eres mi amor viejo más nuevo
ya que jamas quise como te quiero.
Ruben Mangiagli.
Puzzle
.
Tengo todo cambiado, como un puzzle que no encaja,
las piezas que son círculos de pronto son cuadrados.
Son tantas las ganas que estés en mi vida, que los días
van pasando sin estaciones como tren que va retrasado.
Donde mis manos te buscan y mis dedos se estiran en
los tiempos de verbos, y conjugan abrazos esperados.
Continua linea de puntos que me unen a ti, y en todos
los dibujos que completo tu rostro y no puedo tocarlo.
Mis letras se fugan pensándote, y mis versos que no
quieren ya contar otra historia de amor no consumado.
Los pasos me acerquen a tu lado, pero los mapas se
hacen cada vez largos como caminos de tierra y barro.
Aun sé me queda un recurso, la ultima carta del mazo,
darte un beso que resuma este escrito de amor y que
sepas de cada palabra eres la dueña, la mujer que en
instante borró viejos poemas que a otras enamoraron.
Ruben Mangiagli.