Soy.


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Soy simple,
complicado para mí,
honesto,
sin filtros,
irreverente,
solitario,
escribo más de lo que hablo,
pervertido,
casi un santo,
soy lo que nunca fui.


Ruben Mangiagli.

Ya no somos invencibles.


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Somos vulnerables,
carenciados,
esperamos,
Tan nosotros que dejamos de serlo.
Nos enamoramos.

Ruben Mangiagli.



249.


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Que tu silencio valga la pena,
para que te salves de mí,
o yo de ti.

Ruben Mangiagli



En tres palabras.


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Esta es una transcripción exacta
de un poema escrito en mil lenguas,

idiomas de manos que tocan
en la distancia,

que hablan de una historia que
de tan conocida jamás fue contada,

de mares que quisieran ser ríos
y montañas llanas,

una mezcla de imposibles que
se hicieron palabras

de colores que traducen este
anagrama de amor

de uno solo que no olvida ninguna
promesa,

esas que fueron hechas en las
fronteras que solo

conocen el corazón y el alma.

Unas silabas que son latidos entre
la noche y el alba,

que son partes de años y estaciones
imaginarias

que se quedaron entre tus ojos
y tus labios,

inéditos en mi boca que ya no
espera nada,

un poema simple, austero y breve
que solo puede usar tres palabras:

todavía te espero,

porque ya no me queda mas verdad
que escribirte

en este silencio de párrafos, estrofas
y sonetos

que ya casi sin querer se escapan de
mis dedos.

Ruben Mangiagli.



Puede.


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Puede que seas
una lentitud apresurada,
unas prisas lentas,
una urgencia con una
brevedad sin fin,

que seas un siempre,
un jamás,
un tal vez,

o ese quizá me pueda
despertar,

que seas solo mi todo
dentro mi nada
y un poco más.

Ruben Mangiagli



Jugar, jugarse.


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Cuando eramos niños, en la calle nos acercábamos a otros chicos, a veces desconocidos y bastaba una solo pregunta:
Jugamos?

De grandes vamos perdiendo esa capacidad, pero cuando por algún motivo recordamos eso, preguntamos a alguien de mil formas diferentes lo mismo;

jugamos?

Pero con una diferencia, de niños siempre queríamos saber a qué jugábamos, de grandes ya no.

Puede que ese sea el secreto del amor y las relaciones, cuando encontramos a alguien saber preguntar:

jugamos?

y hacerlo hasta que surja otro juego, otro compañero o el mismo, o hasta aburrirnos, no sé, a veces el amor es mucho más simple que lo que pensamos. Por cierto:

Jugamos?.
Y si nos jugamos?

RM


Caminar por la sombra.


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Escuchar con los ojos,
ver con la piel 
y que sentir con los oídos,
porque la vida nos habla a todos de formas diferente y sólo debemos saber y querer escucharla, verla, sentirla, cómo podamos.




Inténtalo.


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Intenta contener una inundación con de un vaso de papel,
borrar las páginas de un libro jamas escrito,
que Ulises espere a Penelope,
que Roma no caiga
mientras tu café se enfría
Y se te escapa la vida
lo puedes intentar
y quizá pueda pasar,

pero

cuando se te apaguen todas las lunes de la novedad,
del dinero y de lo que llamas bienestar,

y estés desnuda para quien no quieres estar,
intenta olvidarme, si puedes,
pero no lo lograras,
y lo sabes, querida mía
eso no va a pasar.

Ruben Mangiagli


Cerrojo.


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El silencio de tus besos sella mis labios,
mis palabras,
cierran el olvido de mis versos que 
fueron escritos en reverso de mis sentimientos
como una imagen al revés que se refleja en un espejo,
un te quiero que es un no te quiero
que disfraza una medianoche de un sol que está mil veces
muerto.

RM



Hola,me das tu tubo?


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Y yo hablaba con mis novias con un teléfono cómo este, 16 o 17 años cuando todo es posible, como llegar de la casa de Mónica y a los cinco minutos que suene y era ella y colgarnos media hora hablando, o los sábados arreglar con los amigos para ir algun lado y después de 10 llamadas ir siempre al mismo, o que me llame Graciela, pobre niña que mi mamá odiaba y que me grite para que ella escuche " Negro otra vez Esa te llama por teléfono" y hasta recibir de Gra la llamada tan temida..." Ru creo que estoy embarazada". Esos teléfonos comunicaban la historia de muchos creo...y Entel facturaba, mi número era 253.5600.




Quilmes, Buenos Aires, 3 de Mayo de 1968.


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El niño ( yo ) escucha a su mamá llamándole desde la cocina,
"A comer".
Cuando se acerca a la escalera para bajar, siente un brazo que la rodea por la cintura y con el otro le tapa la boca... 
Es su madre que le dice
"¡Shhh! Yo también la escuché", no era yo.




Enamorarnos.


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Enamorarnos simultáneamente,
ahora y para nunca,
siempre y para ahora,
de una manera frenética,

tanto que nuestra edad no cuente,
aún frente al abismo
de los besos
o de la muerte,

impúdicos y hacer el amor vestidos
con el alma tan desnuda
que no haya recuerdos
que desamar,

agonizantes, sin tiempo de que
las confesiones se
perdonen
y seguir viviendo

un poco más, lo que podamos,
total que más da,
lo que hicimos
hecho está,

y lo que vendrá solo lo podremos
adivinar si nos miramos
en las palabras que no
escribiremos jamás,

un juramento de no amor,
de no lealtad,
elegirnos a cada instante frente
al otro,

para que de una puta vez no
importe nada,
nadie,
ni siquiera la soledad.

Ruben Mangiagli.



El agobio del calor.


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Este calor que agobia, 
es un letargo que hasta alcanza al corazón,

pero igual lo intentamos,
si, eso que algunos llaman hacer el amor,

prendemos el aire
acondicionado para evitar un agotamiento

prematuro por pudor,
que erecta la cima de tus pechos como un

reflejo a mis caricias,
como si mas manos aprendieran tu cuerpo,

pero no,

lo apagamos
y resbalamos, patinamos en humedades

de sexo, como si fueran
miles de gotas al unisono de sudor y al

final encienden
la pasión para consumar un par de ratos

donde olvidamos
la vida, la muerte, el dolor y casi todo,

pero no,

ambos sabemos algo
que no decimos, un secreto vil de dos,

tú sabes que
no soy yo a quien deseas, ni tampoco lo

eres tú,para mí,
somos tan solo un consuelo de una

tarde de agosto
donde sentimos queremos a otros,

pero no,

la noche llega
y simulamos en besos sentir eso

que algunos
tienen la suerte de llamarlo “amor”.

Ruben Mangiagli


Un vago recuerdo.


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Somos algo que casi no entendemos,
como un vago conocimiento,
una memoria temporal,
rígida, estática,
como fotografías que no se pueden retocar,
somos de nuevo extraños,
pero está vez con recuerdos
que ya no podemos olvidar.

Ruben Mangiagli.


Besos perdidos.


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No beses la luna,
puedes intentar besarme a mí,
no huyas
si lo que no quieres es correr,
no niegues
lo que tu corazón quiere sentir,
recuerda
que al final solo vivimos una vez.

La vida
se nos va y jamas, jamas vuelve.

Ruben Mangiagli



Breve biografía.


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Y por eso estoy aquí ahora. En mi nueva vida, fren­te al ordenador. Contando una historia que ahora me parece de lo más trivial. Las coincidencias, los cruces de camino, no son tan extraños. A todos nos pasan. Todos hemos tenido experiencias poco comunes, nos hemos sentido frustrados, o hemos tenido amores im­posibles.
Amé y me amaron, una historia tan universal como particular.




240.


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Prefiero pedir un deseo frente a a tus ojos que mil a las estrellas fugases.




239.


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Ojala que la casualidad de reencontrarnos cada tanto nos dure para siempre.

La metáfora de mi corazón.


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Él tiene un aroma a cerrado,
a limpio,
como una habitación de hotel que aguarda la
llegada de una huésped.
que viaje con sus valijas llenas de tiempo,
de alegría y dolor.
No tiene puertas ni ventanas abiertas,
pero como las persianas no están bajas,
la luz entra y baña los pasillos con fulgor diurno,
y en un rincón,un hombre solo,

solo espera,

y aguarda
unos latidos diferente
que entre los espacios entre unos y otros
le recuerden
que todavía puede
que le quede algo por sentir.

Ruben Mangiagli



238.


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Voy a amarte como si fuera a perderte.
Voy a abrazarte como si estuviera diciendo adiós.