Archive for febrero 2012

Ojos de cielo.


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Me gustaría encontrar unos ojos de cielo,
para poder mirarlos al despertar, como si

fueran el preludio de la belleza que esta
esperándome para poder disfrutar.

Esos ojos , eso si, deberán saber mirar, y
no quedarse en la figura de hombre que
es fácil dibujar, deben ver palabras que
yo jamas voy a expresar.

Que me puedan contener cuando reclamo
más, que me hagan paciente en la espera
de los deseos, de lo que no tengo y quiero,
pero que no se hagan rogar.

Deben estar en un rostro de ángel, para
así pueda entender el concepto de lo que
es una mirada angelical, y en un cuerpo
que me haga delirar.

Sé que por algún lado deben estar, y que
ellos también me sabrán encontrar, solo
debo esperar que el tiempo no sea mucho,
así los míos podrán descansar.


Ruben Mangiagli.








Desdibujados.


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No te debo nada y lo sabes
y vos me debes todo,

y sin embargo nos quedo
casi todo lo escrito
en besos que no son papel.
Me debes nada y lo sé
te debo sin saber el por que
fuimos extraños en
nosotros y se escapó la piel,
partidos de orgullos
dijimos lo que no sentimos
sin ceder un paso
ni nos dimos cuenta de que
habíamos perdido
y nos miramos con tanto y
tanto dolor que al
final no nos dijimos adiós
creyendo que el
tiempo nos reencontrara de
nuevo, aceptamos
lo que hicimos, y sufrimos
la distancia del
infinito, y no nos pedimos
perdón, al final
acatando morir por amor.





Ruben Mangiagli.

La silla.


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Necesito una silla donde mis pies
no lleguen al suelo,
para tratar descansar mi
mente de
los sentimientos,
un lugar donde flotar en
mis
recuerdos, y así ordenar
cada uno
de los
momentos donde toqué
tu cuerpo.

Que mis pies cansados sientan el
descanso del aire y el
camino
que anduvieron
puedan
desaprenderlo,
no porque hayan sido
errados o
recorridos con miedos,
solo para sepan
que le quedan pasos
en el tiempo.

Que mis ojos que casi todo lo
vieron puedan
mirar y dibujar con
mis manos
los paisajes
que ahora no veo y
así como si fuera un
ciego
tantear con mis
manos y
dedos la piel de un
nuevo
amor inequívoco y
sincero.

No es mucho lo que necesito,
solo un silla
que no sea madera
teñida de
abandono,
una simple donde
pueda
añorar tus besos si
la nostalgia
me puede,
y no bajarme de ella ,
porque si
lo hago
sabré que ya no te
tengo.

Ruben Mangiagli.

Pintura : abandono.
Artista : Kora Corazón









Tristeza.


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Tengo una tristeza extraña, espesa y
donde la realidad se me hace carne en
en todo lo que sucede alrededor de mi.


Como si todos los dolores y tragedias
se juntaran en un punto, que esta fuera
de mi linea, y afecta mi vida.

Puede que mi interior este superado y
desbordado, que mis propios duelos
se fueron muy despacio sumando.

Quizá la realidad ya supero mi sueño,
que lo que era antes posible se tornó
en forma de utopía sin dueño.

Crisis, represión, vidas perdidas en mi
pueblo que me llena de espanto, dolor
verdadero que invade mi cuerpo.

Estoy inmovilizado ante mi nada y la
que me rodeo, la tristeza es negra, mi
alma de poeta se pierde en nieblas.


Ruben Mangiagli
 
 
 

Cuando.


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Cuando la vida me venga a buscar,
aquí estaré esperándola, preparado

pronto para disfrutar, no estaré por
ahí distraído pensando en lo que he
tenido o en lo que nunca sucederá.

Entre tanto navegare entre sonrisas
de mi hijos que aprendieron a amar,
o abrazado con un amigo en un bar
jugando a sentirnos los mas guapos
eligiendo a alguna mujer del lugar.

Recordare el sabor de los mejores
besos que me supieron dar, un par
de piernas donde mi alma deje sin
querer queriendo enredar, caricias
que adeudo y sabre por fin pagar.

Y si alguna vez quise tanto que me
dolió al despertar, bien por mi que
me supe jugar, a nadie le negué mi
amor si lo supieron ganar, así que
copa nueva y de un trago otra vez

comenzar, con las manos desatadas
y los pies descalzos para caminar, y
si la soledad me muerde la espalda
ya no importa, he aprendido que si,
siempre se puede volver a empezar.


Ruben Mangiagli.




Reflejo.


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Me he reflejado en tantas miradas
que casi ya no sé quien soy, difuso

me busco y no me encuentro, así
como un camino que muere ante
el mar, siento que todo lo inmenso
es muy pequeño.

Mis dedos ya no son parte de mis
manos, pues cuando pueden solo
escriben tu nombre , como si eso
pudiera quitarte de mi mente, con
la memoria de un ciego perdiendo
cada trazo.

Sigo siendo yo, es cierto, porque
para mi bien o para mi mal sigo
existiendo, y reaprendo los días
sin ti, huérfano de sentimientos e
inventado cada latido de corazón
sin tiempo.

No es mi vida lo mismo sin ti y
eso lo entiendo, aunque la luna
siga siendo la misma ya no puedo
verla sin tu cielo, la noche lleva
ahora mi nombre que muere en
el sol nuevo.

Pero quiero que sepas que sigo
intacto, aunque mi imagen ya no
veo, porque los besos que me haz
dado, se quedaron míos, y los que
yo te debo los perdiste, y no los
encontraras de nuevo.



Ruben Mangiagli



Poder llorar.


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Si pudiera llorar, que las lagrimas
dejen de ser lluvia que va por mi
se detendrá.

Si el dolor pudiera expresar por
mas mal me haga, si mis manos
dejaran de pensarte quizá podría
volver a soñar.

No es que el dolor me ahorque,
ni que me como las entrañas, es
aun peor, porque se hace carne
sin huesos.

No te extraño a vos, añoro si lo
que fue nuestro, y ese vació se
hace eterno en mis largas noches
sin recuerdos.

A quien decirle te quiero sino te
tengo, como dibujar una sonrisa
si estoy completo de tristeza que
no tiene dueño?

Tal vez con el tiempo pueda y
quizá comenzar de nuevo, pero
hoy te echo de menos, estoy sin
alma y sin duelo.





Ruben Mangiagli.




Despertar.


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Creía que todo estaba descubierto, que los caminos
nuevos eran los de siempre, viejos recorridos que
otros caminaban pero para mi eran ineditos.

Que no buscaría la novedad cuando pasan los años,
que ya nada podía sorprenderme en una noche con
los ojos bien abiertos.

Y te tenia tan cerca que casi no te veo, mezclada en
mi memoria y mi presente, y por ver que no veía el
sol de tu mirada de cielo.

Fue cuando sentí podía reflejarme de nuevo, sentir
que mi imagen no era la de un hombre gastado por
el dolor y el tiempo.

Sonreí, con la sonrisa de un niño que descubre todo
lo nuevo, y me quede escribiendo la buena nueva que
es verdad que todo lo puedo.



Ruben Mangiagli



Si.


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Si vomito todas mis palabras en un verso no es que te quise
mucho, o que aun te quiero, solo son palabras que hoy escribo
para poder seguir cuerdo.

Si me inundo en mi sentimiento es porque naufrague en tus besos,
en el meridiano de un deseo contenido durante tanto, tanto tiempo,
mudo de recuerdos.

Si el amor no hizo carne y la carne fue devorada por el fuego, es
que jugamos hasta caer en nuestro propio infierno, reino de todas
las ausencias y el silencio

Si hoy no te cuento todo lo que siento, no es porque no pueda ni
quiera hacerlo, es que mi alma ya no tiene duelo, simplemente se
murió en un adiós y un te quiero.


Ruben Mangiagli.




Perder.


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Necesito perder todas la veces que sea necesario,
aprender a hacerlo para que no duela, hacer una

suerte de caminos de fracasos,  donde el asfalto
se gaste hasta que la tierra sea blanda como barro.

Que no  se me olvide lo v ivido y  entender que
una duda siempre lo será, aunque se disfrace de
orgullo, aunque mis palabras lastimen y no haya
solución para cambiarlo, intentarlo o remediarlo.

No puedo entender los cambios tan pronto, sentir
que todo lo que hice se me escapa de las manos en
un suspiro eterno sin tiempo, sin lugar, ni sabiendo
la pregunta adecuada hay veces que ya no acierto.

Me puede este sentimiento, de estatico sin fin de
recuerdos de cosas que no vivimos, me confunde
y me revela hacia lo negro , donde por perder por
perder, hasta el sabor de tus besos voy perdiendo.


Ruben Mangiagli.




Perdido.


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Es difícil hacer el camino, sea de barro o sea de vidrios,
caminar descalzo sobre cristales invisibles que cortan
como el filo de papel, que no deja cicatriz alguna, pero

duele, desangra y finalmente te detiene.

Determinar el norte, sin ya ver la estrellas, sin que la
luna sea luna, esperar que aparezca en un cielo de
nubes de tinieblas y que te llueva con gusto a sal de
laguna muerta, estéril y yerma.

Ser un errante sin rumbo en busca de la señal que no
es buena, negación plausible para que la verdad duela
en la mínima expresión del desconcierto de las ideas,
melancolia perdida en forma de letras.

Perderme en mi mismo sin haberte encontrado, y en
la noche pensar que no fue en vano, que las culpas no
son de nadie, sabiendo son de ambos, luz y sombra
en una pared ciega de espanto.


Ruben Mangiagli.


Lluvia de Valencia.


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Mirando por la ventana fumo y te espero
imaginando besos, momentos de entrega
y sosiego, memorias de cosas que pasaron
por mi, y que no sucedieron pero juro que
las toqué casi con los dedos.

Llueve sobre la ciudad que se va apagando,
las luces se encienden como guirnaldas que
anuncian la buena nueva que nadie comenta
solo vos y yo sabemos que el amor hará en
breve su esperada entrega.

Espacios que fueron vencidos por el tiempo,
tiempo derrotado por solo nuestro esfuerzo,
porque para los amantes que están lejos los
días pasan lentos, en la agonía de la sabana
que cubre un solo cuerpo.

Pero los tiempos que nos llovió tanto ahora
ya están pasando, y tu luna sera la miá, y la
noche compartida tendrá el sentido de ser
solo nuestra, y se perderá entre suspiros ,
y caricias devueltas.

Llueve sobre Valencia, no importa, nuestro
amor sabe de ausencias.


Ruben Mangiagli



Nada dificil.


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Me he dado cuenta que no es difícil lo que se quiere,
que los resúmenes no sirven de prólogos, que las
historias que forman el libro de mi vida fueron y son
vividas de un principio a un fin.

No quiero mucho de vos, sábelo, lo que me das es
tanto que que mi cuerpo se abre en dos al tenerte,
me alcanza con entender como me quieres, y que
me quieras porque si.

Que los naufragios de mis manos en tu espalda se
repitan cada noche y que tu sonrisa de la mañana
tenga el sabor de tu beso desprolijo, urgente, que
conozco y reconozco.

No necesito mucho para ser feliz, porque en vos y
en mi están todos nuestros todos, esos que juegan
entre ellos y de los cuales somos los únicos dueños,
irresponsables, pero dignos.

No te quedes conmigo toda la vida, prefiero que
te quedes hoy, ahora, porque es fácil amarte sin
promesas, que al final son nada , porque quererte
es esperar que mañana estés en mi cama.


Ruben Mangiagli.


Quererte.


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Quererte por quererte, porque sí,
por puro antojo de pasarlo bien,
sin principio ni fin,
quererte vestida y desnuda para mi,
aunque tengas los pies fríos,
aunque a veces no me afeite por capricho,
quererte en un desayuno de tazas vaciás
una mañana de risas de febrero,
quererte también en diciembre y darte
un beso robado o prepotente,
quererte en invierno o en verano
con otoños intercalados en
septiembres de amores paganos,
quererte por más llueva o nieve,
porque quererte amor mio es
quererte siempre, en un instante eterno
que se disfrace de presente.


Ruben Mangiagli.