No puedo elegir claramente una parte de tu cuerpo,
porque en cada una de ellas encuentro lo que espero,
la belleza que supera al tiempo, un cáliz de besos.
Pero tus manos son especiales, porque ellas tienen
de ti lo mejor que yo veo, contienen , acarician y
tus dedos dividen la tristeza en mi espalda y huesos.
Son las que trabajan día a día para darle vida a tu
niño, las que calman las malas noches de tu hija y
juegan con sus cabellos como si fueras una niña.
Las que escriben buscando soluciones creando la
esperanza para otros, que descansan solo cuando
duermes como herramientas de orfebre alquimista.
Son tus manos las que quiero mezclar con las miás,
para que mis letras se escurran como agua pintada
de primavera, mientras contengo tu impaciencia .
Quiero tus manos querida miá, porque son parte de
tu esencia, y darte las miás cuando las necesites, el
amor se funde entre los dedos cuando los abrazos
que te esperan en mi vida, se van apilando uno a
uno en la dilación los recibas, como promesa de
un te quiero, que te despertaran una mañana tibia.
Ruben Mangiagli.
porque en cada una de ellas encuentro lo que espero,
la belleza que supera al tiempo, un cáliz de besos.
Pero tus manos son especiales, porque ellas tienen
de ti lo mejor que yo veo, contienen , acarician y
tus dedos dividen la tristeza en mi espalda y huesos.
Son las que trabajan día a día para darle vida a tu
niño, las que calman las malas noches de tu hija y
juegan con sus cabellos como si fueras una niña.
Las que escriben buscando soluciones creando la
esperanza para otros, que descansan solo cuando
duermes como herramientas de orfebre alquimista.
Son tus manos las que quiero mezclar con las miás,
para que mis letras se escurran como agua pintada
de primavera, mientras contengo tu impaciencia .
Quiero tus manos querida miá, porque son parte de
tu esencia, y darte las miás cuando las necesites, el
amor se funde entre los dedos cuando los abrazos
que te esperan en mi vida, se van apilando uno a
uno en la dilación los recibas, como promesa de
un te quiero, que te despertaran una mañana tibia.
Ruben Mangiagli.