Me pierdo en todo lo que he sido
y lo que no soy,
difuso de ideas en la plenitud de
mi oscuridad
busco tu luz para reflejarme y
sentir, solo sentir,
no me rodean fantasmas ni los
miedos que
consumieron mi pasado, como
si haber sido
carne de lobo hubiera bastado
como penitencia
de cada uno de mis pecados, y
en lo tangible
de tu cuerpo renazco a todo lo
que es inedito,
descubriendo nuevos deseos
impensados.
No es mala la oscuridad si los
temores los
comparto a tu lado y crecemos
en este amor
tan extraño que nos envuelve a
cada paso que
damos, sin demonios que ya
son memoria,
donde la perversión de nuestras
manos marcan
los cuerpos hambrientos y los
abismos sedientos
de sexo, y somos norte en el
sur y fuego de
hielo, sin cielos ni infiernos
carne de nuestra
carne y cautivos de nuestros
sueños negros.
Ruben Mangiagli.
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Oscuro.
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