Todo
debe pasar,
y
algunas cosas suceden,
es
inevitable y hasta irracional
porque
el
amor no muere
y
perdura en su intento de ser
presente.
No
sé cuando ni el lugar, el
momento
exacto
sucederá,
puede
que sea en
el
aeropuerto con mil testigos
que
vienen y van,
o
en tu cocina entre
platos,
palabras y tu boca haga
callar,
en
la plaza del barrio
sentados
en ese banco que sin
saber
espera
que
todos
los
sentimientos por fin ocupen
su
lugar.
Solo
un beso,
nada
más, la síntesis y la historia,
lo
santo y lo vulgar,
donde
morirán
los
juicios, las dudas, los otros y
las
demás
y
será
el
comienzo que nos
debemos
para por fin escribir un
libro
sin final.
Ruben
Mangiagli
©2015