Las
gotas, la humedad y el rocío,
hasta
el agua que llena
los
lagos y los ríos
tenia
la certeza que salían de tu
tristeza
cuando estando
tan
lejos
llorabas
la lejanía de mis abrazos,
la
carencia de todos
los
besos.
Esa
lluvia que mojaba todo por
fuera
y por dentro,
que
inundaba los sentimientos.
Pero
ignoraba que podía existir la
transmutación
en los
cuerpos,
que
un día cualquiera sin darme
cuenta
mi
corazón, mi carne y mis huesos
se
mojarían por
tu
ausencia,
y
que al mirarme a los espejos mis
ojos
reflejarían
las
imperceptibles lagrimas que
nadie
de día ve
pero
me recorren por las noches
cuando
no duermo
y
te pienso.
Ruben
Mangiagli
©2015