Ya no tengo temores ni miedos,
mis fantasmas aprendieron
a no buscarme,
porque puedo con mi pasado y
mis recuerdos,
he olvidado nombres propios
de personas he querido,
visiones de lugares donde sé
jamás he ido,
sueños que arrugaron cada
uno de mis sentidos,
abecedarios escritos en chino
y logrado el
exilio de las palabras detuvieron
mi camino,
jamás,
nunca,
siempre,
pero,
ya se han ido en poemas que
por viejos son antiguos,
si me quieres, dímelo, sino mira,
hasta casi me da lo mismo,
ya no quiero quizás, dudas de
laberintos y acertijos.
Soy quien soy ahora, y lo que
fui ni siquiera da
para un libro mal escrito
sin verdad.