Las sanguijuelas hicieron un
tapiz sobre mi piel,
llegaron a los huesos y se
fueron cansadas
de comer.
El tiempo se hizo a sí mismo
otro tiempo
para tener lugar para lo que
nunca fue.
La memoria se quedó vacía
sin ningún año
que sienta por un instante
la necesidad de
volver,
y me quedé tan solo que si
me miro al espejo
ni siquiera mi reflejo
puedo ver.
Ruben Mangiagli
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Soledad.
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