Trato de seguir mis propias consignas y me pierdo,
intento que mis ideas sean claras, y solo son un mar
profundo de desconocimiento.
Desconozco ya los caminos, me pierdo por todos
los atajos que resultan ser mas largos, en subida,
cubiertos de piedras, de asfaltos.
Inmerso en los sentimientos, para seguir desconfiando
de ellos, en un sin fin de sensaciones que no tienen
nada que ver con lo cierto.
Pero hay días que trabajo en todo esto, en que todo
lo que hago, es para mejorar los tiempos, a veces no
me sale, otras puedo...
Trato de cumplir mis consignas con la fe que llevo
dentro, incrementando las ideas y que me inunde,
un mar de cosas nuevas.
Conozco los caminos, y confío en mis mapas, pruebo
los senderos , los transito, elijo los de tierra, donde me
paro a ver la hierba y los cielos.
Disfruto mis sentimientos, gobierno los instintos y
disfruto con ellos, y siento que amo con lo que puedo y
con todo lo que aun siento.
Vivo en esta dicotomia, pero hay una cosa que no
cambia, que me recarga, me da vida y es cuando
descanso en su cuerpo, en su mirada...
y muero y resucito en sus ojos negros.
Ruben Mangiagli
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