Oscuridad de sacrificios efectuados en vano,
ofrendas a dioses paganos para evitar la tormenta,
que movió los ejes de la tierra, y cuyos vientos,
se llevaron los días, las noches y las promesas.
Sacrilegio de la palabra amor, maltrato consentido
por los dos, para que el anagrama de sus letras sea
sinónimo de tiempos de horror, de vacíos esperados
y tan temidos en el medio de la desolación.
Oraciones no escuchadas, rezadas a quien sabe que
Dios, que estaba ocupado en otros seres necesitados
de cosas muchas mas importantes, que archivó la
plegaria gritada para salvar lo poco de nuestro amor.
Luces y sombras de farolas de callejones apagados,
que recorremos en el espanto suicida del olvido y
negamos la esencia de lo que creamos con arte divino,
queremos engañar al tiempo, imposible, hemos perdido.
Ruben Mangiagli
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Luces y sombras.
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