Buscamos lo que no podemos tener
sin mirar, sin ver,
y lo simple
pasa ante nosotros como
si fuera en tren.
Esperamos el cuento perfecto que
no se escribió,
buscando príncesas
hadas y los
duendes del bien.
Los días pasan y creemos saber que
si existen en un
almanaque jamas se
escaparan y no
los vamos a perder.
Vivimos sin vivir, respiramos aire
en bocanadas,
corremos para sentirnos
sanos como si la muerte no
pueda alcanzarnos.
Así que un día decidí,
que prefiero un whisky doble con
un cigarro y
tus labios que
me hagan un listado
de los pecados,
amarte hasta que me duelan cada
uno de mis huesos,
y no cambio
que despiertes a mi
lado sonriendo
en un hotel barato de sabanas que
se gastaron
de piel,
y se mojaron de un amor
casi inesperado,
por un tiempo de más en esta vida
si no tengo tu mirada
cansada de
sexo y tu olor en cada
palmo de mis manos.
Y si tengo que morir sea narrando
nuestra biografía,
llena de paginas
en blanco y momentos
que inventamos.
Ruben Mangiagli
© 2013
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Puestos.
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