Si
quieres un hombre para pasear,
de
esos que te pasan a buscar
para
llevarte a cenar
y
te quieren robar un beso en el
portal, que se levantan
a
las siete de
la
mañana para ir a trabajar y el
desayuno
apuran y se van
sin
besar,
que
te llevan flores iguales de a
par
y te dicen que no hay
otra
igual,
hay
muchos,
en
las calles, la oficina o un bar.
Pero
si no te sirven así ya, quizá
me
debas buscar una
vez
más,
y
recordar cuando te quitabas el
vestido
para que te
pida
más y era
ese
amante discreto que te perdía
el
respeto entre caricias
y
besos,
y
te hacia sentir la contradicción
del
sexo y amor, la paz y
el
dolor
y
entre poesía que te escribía te
lamia
el alma como nadie
jamas.
Eso
si antes,
me
tienes que olvidar,
para
que pueda ser desde todos
los
instantes ese hombre
que
te ama
sin
excusas ni distancias, como
se
quiere de verdad,
y
tengas
absolutamente
todo lo que ya no
esperas
que solo yo te
puedo
dar.
Ruben
Mangiagli
©
2014