Intento ser un narrador de historias,
por eso entre prosas y estrofas
los profanos
me llaman poeta,
mis letras mezclan
la vivencias de otros con las mías
así disimulo mi dolor
con la ironía.
Algunos las hacen propias y a mi
me sirven para ocultar las
que me quitan el sueño,
esas me desvelan,
las que fueron dichas, las calladas
o las que solo fueron
miradas.
Aun escribo sobre el amor, a veces
como parte de la vida,
otras no,
esperando que alguien recuerde
mis no poesías,
o quizá solo lo haga con la simple
esperanza
que ella alguna vez
sienta la necesidad
de volver a
leerlas,
y que yo pueda dejar de escribirle
por las noches para no
recordarla de
día.
Ruben Mangiagli
©2105
Archive for febrero 2015
El poeta.
.
La maga.
.
Ella hace magia, podría decir su
nombre, invocarla,
pero prefiero llamarla la maga,
no le importa la distancia,
sabe amarme con palabras que
calman mi alma,
salta el abismo de mis letras y
me espera,
mientras con sus dedos juega
tejiendo
el tiempo sin importarle que las
agujas den vueltas
en las esferas,
Me es fiel a mis ideas,
no le importa las huellas de otras
caricias en mi cuerpo
ni en el de ella,
no pide promesas,
ni sueña mas allá de mis poemas
no teme lo oscuro de mi soledad,
aunque no la entienda,
solo una condición surge
de las necesidades de los ángulos
de su mirada de mujer buena,
si nos cruzamos en esta vida o en
otra, de la forma
que fuera,
que no aparte mis ojos de los suyos
ni suelte la fragilidad
de sus manos
y después que surja el deseo en las
formas que sean.
Besos injustificados.
.
esos que te debo,
de los
que tanto hablamos,
bese otros
labios, pero no son los mismos
entre
suspiros
de hielo porque te extraño.
que mezclan
la tierra
con mi nostalgia tan añeja,
por día, año tras
año,
tienen tu nombre,
mi impronta,
de ambos
y pase lo que pase
no lo dudes te serán entregados
presente
y las justificaciones
se
habrán acabado.
No sé.
.
Cerrar los ojos.
.
Trato.
A las cinco de la tarde me serviste un té y sonreíste, sé que no lo soñé, eso no puede ser, traté de acariciarte y no lo logré, te escapaste otra vez y a la hora de cenar como siempre me quedé solo sin comer y me bebí un café.
Trato...
Entre las cuestiones esa que no supe cuidarte y tienes razón, me pedías que perdone tus celos y el que tenia que disculparse era yo, eran diferentes formas de amarnos, pero siempre fue amor.
Trato...pero.
Las formas inconclusas llenan mi habitación, son de nosotros y fueron de la mitad de uno y el entero que no se completó, sobrevivimos a todo menos a la distancia de los dos.
Trato...pero no.
Extraño tu mirada, tu voz, cada parte de tu cuerpo y todo el mio sin vos y también la luna sigue en tus ojos y no soy sol.
¿ Donde estarás? ¿ Que haces? ¿ Con quien? ¿ alguien te dice que te quiere? Languidece el reloj en el amanecer y no tengo la puta idea de donde está el lugar para los que se quisieron tanto lo vuelven a intentar.
Trato...pero no y no.
El olvido lleva mi nombre en vos y no en mi, es la verdadera asimetría del adiós. ¿ cuanto hace que te fuiste? Un instante o un mes, un año o ayer, ya no lo sé, acomodo tu foto en el aparador, me voy a trabajar, total es solo otro día más que no estás y nada se va acomodar.
Trato...pero no y no puedo olvidarte.
Tengo esta costumbre de quererte sin que me quieras y no lo puedo evitar.
Ignorancia.
.
Duele la ignorancia del silencio, respirar recuerdos, los besos que no se dieron, la separación de los pronombres adjuntos a los proverbios, los labios pegados secos de alientos, hoy me duele hasta tu nombre que ya no pronuncio desde hace tiempo.
RM
El músico.
.
Lo cierto es que no pedía limosna, sino que ofrecía su música a cambio alguien le dejara algo, lo miré y lo escuché un buen rato, y tuve la certeza que en realidad tocaba el violín para él, porque ni una vez detuvo su mirada triste en la lata de monedas.
Justo cuando llegué comenzaba a ejecutar, la opertura nro 30 de Boccherini, la reconocí porque es una de mis piezas preferidas, dura unos 10 minutos y quedé embelesado por la fuerza y calidez de la ejecución de su violín, un regalo a mis oídos que un desconocido en una calle me estaba haciendo sin ni siquiera saberlo.
Cuando terminó le deje unas monedas y tuve el privilegio de hablar un rato con él, entre otras cosas me contó que era de Rumanía y no tenia familia, y que en su tierra había sido profesor de música.
No tenia consuelo para su historia y creo tampoco la esperaba el hombre, entonces le pregunté:
¿ Cual es tu sueño y anhelo hoy ?
Y me respondió,
simples, poder juntar dinero para cambiar estas dos viejas cuerdas que están muy gastadas.
Le dí las gracias por su arte, y quedé en pasar y dejarle las dos cuerdas que necesitaba, y me dijo que sí, que pasara cuando quiera pero no le llevara las cuerdas porque esos eran su sueño y anhelo y los necesitaba para seguir adelante.
Solo me fui, no me atreví a contradecirlo, y me quedé pensando que la vida tiene espacio para los sueños de todos sean inmensos o tan pequeños como los de él.
Poesía sola.
.
Poder retroceder o lanzarse, así nada más, sin testigos.
Domingo.
.
Invierno.
.
el aliento
pedazos este
desasosiego
y no escapa de mis dedos.
en un recuerdo
de versos que no escribo
soy solo un invierno
tiempo sin las
estrofas que deberían
©2015
Alejo al revés.
.
Nada.
.
Cada susurro que digo no llega,
cada grito se pierde
y no sé que hacer,
donde fue el principio
de este final,
o si el terminar
fue solo volver a empezar.
Sin nada que perder
ni tampoco para jugar,
cada letra que escribo no está,
se vuelve a borrar.
Perdido sin que
me importe, sin tener
donde llegar,
es un viaje que no
entiendo y no va pasar
algo si voy por delante o por
detrás.
Las distancia ya no la puedo
contar,
estoy tan lejos de tus ojos y
no te puedo mirar,
otro susurro, otro grito pero
nada cambia,
no te vuelvo a encontrar
entre mis sombras y
eres
el recuerdo de nunca acabar.
Ruben Mangiagli
©2015