Decís
que a veces te cuesta
encontrarte
en
mis letras,
que
todo es muy subjetivo,
y
no quiero que hayas equívocos
en
la interpretación
de
este escrito,
está
claro que hablo de extrañarte por
partes,
por ejemplo
tu
mirada y tus ojos de
verde
tierra, tus cabellos imitando
el
vuelo de un cometa
entre
las estrellas,
tu
cuerpo, la imperfección de
curvas
que
te rodean
donde
mis manos querían
suicidarse
entre caricias, deseos,
y
juegos propios de los
dos
sin penitencias.
En
un acierto pleno de sentimientos y
memoria
clavada
en
mi pecho, escribir que
aun
te quiero y que como te he
querido
a vos fue
inédito,
que
si te esperé en todas mis
vidas,
puedo
seguir
haciendo,
porque encontrarte
fue
lo mejor en mi
existencia
y los hilos siguen
unidos
y atados,
aunque
vos no quieras o sí, aunque
yo
lo quiera o no,
escribimos
nuestra mejor
historia
de amor
entre
gatos, scons con té y
poemas,
y
si
te quedan dudas aun, impronto tu
nombre,
Victoria,
y
me quedo vinculado a esta
poesía
como en todas
las
demás donde
respirabas
entre
cada una de todas
las
estrofas
donde
sin nombrarte
existís
oculta como ese girasol de
junio
que me
regalaste entre la mitad
de mi madrugada
y el final de
tu otoño.
de mi madrugada
y el final de
tu otoño.
Ruben
Mangiagli
©2015