Confieso que estoy enamorado,
que te he buscado,
esperado,
Admito que te amo como jamas
he amado, con todos
mis huesos
y las letras nacen de mis manos.
Confirmo que me planto, final
de un camino que me
ha llevado a
tus brazos.
Por fin todo está ordenado en
un universo que se hace verso,
en dos almas se
buscaron
desesperadas cuando los cuerpos
se extraviaban en
otros abrazos
y los gatos incrédulos sin lunas
perdidos se
ahogaban
entre girasoles y jazmines secos
en un jarrón cubierto
de barro.
Sobrevivimos separados pero
estábamos atados
en este amor lleno de imposibles
para poder lograr
reencontrarnos
como se encuentran inexorables
las agujas de un
reloj
que se extrañaron hasta las doce
de la mitad de un día que quiere
ser toda una
vida
y se
detienen entre sueños y certezas
en un instante donde los besos
son solo
uno,
y la distancia se mide en pasado
en el roce anunciado
de los labios
que después dirán los te quiero,
esos que se fueron
apilando.
Ruben Mangiagli
©2015