Lo lejos de tu mirada.


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Debo elegir mi confesión para
no pedir perdón,
saber lo que estuvo bien y lo
que no estuvo mal,
suena igual pero
no lo es,
porque la distancia entre lo que
es realidad y no,
no existe ya.

Enceguecido en la oscuridad por
la luz de los demás
aun debo mirar
como si fuera un ciego
para no ver
que es lo que quieres ocultar.

Debo elegir mi error, sin pedir
disculpas por volverme
a equivocar,
como un niño que no conoce
la maldad
obligado de rodillas a orar.

Sin posibilidad de hablar, sin
poder escuchar
las palabras que necesito
y que no
vas a pronunciar.

Debo elegir una lagrima, solo
una para llorar
lo que no se puede llorar
sin que nadie me vea
sin poder expresar la certeza
de una verdad.

El tiempo dirá si la elección
de lo que siento
en mis manos mancas
de caricias podrán
tocar.

Lo intentaste, lo intenté.
Lo intentamos

pero las miradas no están y
no se pueden
inventar.

Lo único que me queda ahora
por probar es transitar
la lejanía de tus
ojos

a los míos, sin fe, sin hoy sin
nada,

los mismos que te esperaron
por tan solo esperar,

aprender que

nunca es justo el silencio,
tampoco la verdad.



Ruben Mangiagli
©2016


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