Ella me dio el amor sin Dios,
sin demonios, ni promesas
de olvidos,
que no necesitaba testimonios
ni testigos,
es verdad que había reclamos
pero no falsas ilusiones,
no
estaba escrito en
el
destino,
ni
en canciones ni libros.
No
tuvo noches fugases,
ni
hermetismos, tampoco el
heroísmo
del coraje,
y
menos
un
tejido de blindajes
que
cuidara las formas del
lenguaje.
yo
como pude le di un amor
que
quería la vida
para
que siempre encuentre
una
salida y
no
jugar a las despedidas,
mis
cimientos pretendieron
sostener
las almas,
la
de ella frágil sin tiempo,
la
mía como la de
un
viejo.
Hablábamos
de todo hasta
que
un día fue solo
silencio
y
en ese contexto inventamos
un
pretexto
para
un amor que quisimos
como
pudimos
y
nos olvidamos de nosotros
mismos,
tanto
que nos quedamos sin
vivir
el resto que
dejamos
en el camino cuando
cruzamos
orgullos
para
volver a sentir que todo
está
lleno de vacío
sin estar juntos, pero esa parte
jamas
la aprendimos.
Ruben Mangiagli
©2016