Mientras los días y las noches, todo el tiempo en el tiempo avanzaba, los poros se abrían. Las letras se transformaban en imágenes mentales de piernas entrecruzadas, uñas aferrándose a músculos torneados, lenguas que desesperadamente buscaban darle sincronía a un baile. Pronto los sonidos de placer parecían estar en nuestros oídos, la lectura de las palabras, las imágenes, las voces eran tan profundas, que sin alterarnos podíamos oler el sexo, las pasiones y prácticamente parecía que vivíamos esas escenas. Finalmente todo terminaba , cerrábamos los ojos y nos habíamos sentido más que mil parejas juntas en un hotel prohibido solo para amantes
RM
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Otra manera de amar 2,
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