Y el tiempo nos aleja inevitablemente,
despacio... en silencio...
ese silencio tan tuyo,
haciendo desvanecer esa agonía que queda clavada entre los huesos del pecho,
justo entre las costillas, tan cerca del corazón.
El tiempo como verdugo mata y disfruta,
dura y certeramente
con su aguja de horas de espada,
lentamente con su daga de minutos,
sutil con sus segundos
imperceptibles,
Sin ninguna pudor convierte lentamente los "Te amo" en "Te quiero"...
y el "Te quiero" en un recuerdo,
y el recuerdo en un olvido
que no se olvida.
Ruben Mangiagli
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Sentencia.
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