Hay palabras que son azotes,
te doblan la espalda,
parten momentos, huesos y silencios,
Que sorprenden,
detienen el tiempo a las puertas de
cualquier infierno
castigan y abren una brecha dolorosa
que deja un cicatriz en los
adverbios,
¿ Cuando ?
Nunca.
¿Cómo ?
Cuando,
y abren lo terrible pregunta,
¿ Por que ?
Palabras que cambian un presente de
manera irreversible, imposible,
no encajan,
palabras que se quedan para siempre
tatuadas en el alma.
Pero a veces una, solo una,
cura
y con eso basta.
Ruben Mangiagli.
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Una palabra,
.