Se acerca el día,
ha salido el Sol como preludio
de algo que vendrá,
a ella sólo le quedan ganas de escapar,
hace meses quería huir
de su piso,
de su cuerpo
y el pasado marcado en su piel
como tatuajes de
un amor no volverá.
No importa a donde,
hacia algún lugar, más allá de las
paredes y fotos confinadas
en un cajón sin fondo
de memorias ya no quiere recordar.
y vivir... vivir... vivir...
Le dicen que hasta un par de
kilómetros podrá caminar, con algo de
suerte un poco más,
pero si se atreve no volverá jamás,
puertas abiertas y
ventanas para cerrar.
Ese día
precisamente se darán todas las circunstancias
para escapar,
pero hoy, mientras su café
se enfría solo ensaya para no volver a fallar.
Ya tiene la maleta preparada
el mejor vestido, su único collar y los zapatos
a tono.
La palabra hogar no es lo que
ella creía de pequeña, no significa nada, solo
es otro lugar más.
Volver a sentir para soñar,
vivir para vivir y nada más,
olvidarlo a él,
como tenía pensado hace dos meses justo
cuando se iba a separar.
Se acerca el momento de escapar
para volver a comenzar,
ya no llora, solo le queda un poco de
ansiedad
y esas ganas de no volver a atrás.
Ruben Mangiagli.