De los numerosos escalones que se forman en el corazón me pregunto cuantos han subido las mujeres me quisieron, si cada amor que no fue y todos los que fueron no van formando nuevos peldaños que hacen cada vez difícil alguien los suba, que digo, que ni siquiera se atreva a subirlos.
Cada amor nuevo por más extraño que parezca aleja al amor.
Y no creo que la metáfora solo sirva para mí. Imagino que no, que les pasa a muchos, algunos se dan cuenta y otros no, muchos lo vuelven a intentar y otros finalmente se rinden.
Pero la pregunta a la que no encuentro respuesta en este otoño de mi vida es:
¿ Cuantos escalones estoy dispuesto a bajar yo?
Peldaños.
.
Ilumíname.
.
.
Una mujer eléctrica me
aguarda
así que es hora de emprender
un viaje
si ella me quiere iluminar,
por más tormentas de tiempo
tenga que afrontar,
aunque la distancia sea más
larga que a una estrella
que no puedo
mirar,
quizá ella me pueda guiar,
quizá me quiera esperar
Es el momento de arrojar
calendarios para que
se hagan
algas en lo profundo de las
aguas de mi nunca
jamás.
de descartar recuerdos que se
hicieron miedos
tan arcaicos que no los
quiero recordar,
de creer para crear,
y que mis pasos unan
las costas de
un océano y un mar
mientras algún sueño, pueda,
se haga realidad.
Ruben Mangiagli
Destrucción.
.
Hacemos el amor
para luego romperlo,
es un círculo vital,
destruimos
para volver a crear
y no hay maldad
en ello,
Es la pornografía de
la poesía,
una profunda Fe
que nada hay más
allá,
el egoísmo de los
instantes que
sumamos para ser
felices un rato y un
poco más.
Ruben Mangiagli
De piedra.
.
Escribo en papel,
piedras,
en anillos de oro que nadie
va a buscar
palabras y no, como
un jeroglífico de amor
de flores sin aromas
ni color,
un idioma de letras que
no hablo,
porque
no soy nadie para escribir
sobre un sentimiento
que hace tiempo me
abandonó.
El hijo prodigo no volverá,
puede que el poeta y
el escritor quizá
pero yo no,
porque no hay peor mentira
a uno mismo
que aquella te hace creer
que volverás a amar
si sigues enamorado de
quien no te quiso
antes, no te quiere ahora
y no te querrá jamás.
Ruben Mangiagli
Cuatro.
.
Ella tan triángulo,
yo tan recta,
y la geometría se hace letras,
las palabras suspiros,
la noche breve y eterna
hasta que la muerte
súbita llega,
una, dos, tres a medias
pero al rato se hace
completa
y me pregunto
casi entre sueños
¿cuantas veces se puede
morir entre dos piernas?
mientras ella me susurra,
amor, todavía sigo despierta
y sin creer en nada
encomiendo mi cuerpo y
alma a los dioses
por si me toca conocer la
vida eterna.
Ruben Mangiagli
Añicos.
.
Sueños rotos,
huesos de un corazón
que jamás se soldarán,
coraza de cristal.
el cansancio de las letras
que desgarra
mis manos
y mi carne
que parece joven y mi
alma vieja que crece en
mi mirada
mientras mis días pasan
sin pasar,
ya no tengo
ganas de amar, de amarte
por amar
no siempre
el río termina en el mar
ni los verdugos
pueden matar
lo que murió sin suspiros
antes de empezar,
añicos de sueños
que nadie quiere juntar
porque
nada hay más
propio que los sueños de
de alguien
que jamás supo soñar.
Ruben Mangiagli
305
.
La poesía debería ser así.
Exacta.
Precisa.
Sin margen de error.
Estado.
.
Sopor
de un deseo que no pienso,
sólo la siento
en la transformación de mi
cuerpo,
donde como en un cuento
una
parte de mi crece y me delata,
pero
no me pasa cuando miento,
es
cuando te imagino desnuda
y mis
manos te dibujan
para
no echarte tanto de menos.
Ruben Mangiagli
Egoístas.
.
Y le pedimos a Dios...
Que nos regalen la pelota queremos,
que no nos llame la maestra a leer un cuento,
que la chica nos gusta nos cruce en el recreo,
Que demos bien el examen de ingreso,
que nos vaya mejor en el ultimo de egreso
y que consigamos ese puesto
Le pedimos
por poder comprar la casa queremos,
el mejor auto del momento,
la moto para el paseo,
que nuestra pareja no descubra tenemos
una amante y si lo hace que
el divorcio no arruine nuestros sueños,
Rogamos, pedimos, oramos
siempre por nosotros en toda ocasión
con empeño egoísta y
certero.
Pero existe la excepción,
un día empezamos a cambiar nuestros
ruegos,
por nuestros hijos, esos que tanto
queremos,
y pedimos
que ojalá ellos hagan por los vuestros
todo lo que hicimos y lo que no pudimos
a pesar de nuestro esfuerzo.
Y que algún día ellos nos incluyan en
sus oraciones cuando solo
seamos un recuerdo.
Padre nuestro que estás en los cielos...
Ruben Mangiagli
Calabazas.
.
Ella se aferró a los cuentos de hadas y princesas hasta que el precio se volvió tan alto y ya no hubo baile, príncipe ni calabazas.
Volvió sola, llevaba puestos sus dos zapatos.
Lunes.
.
Los Lunes, o éste Lunes,
da para tanto
que no sé yo por donde empezar.
Un suicidio de amor,
mi asesinato frente al espejo con
los ojos bien abiertos
para ver que fuiste vos y no yo.
un café sin medialunas,
un beso sin lengua,
un abrazo sin las manos abiertas.
Escribir un poema
desde la mitad para que se quede
sin principio ni final,
un poemario hable de tu maldad,
Da para coger, para follar,
un polvo, dos o lo que el cuerpo
pueda aguantar,
moverme hasta correrme,
una, dos veces para terminar sin
acabar,
olvidarte un rato y un poco más.
Escribir para no escribirte,
respirar para recordar que sigo
vivo
y que vos también,
aunque estés en otro lugar que
no puedo descifrar,
es Lunes, solo otra putada más.
Ruben Mangiagli.
Niebla.
.
Se evapora el tiempo,
el café,
el licor,
el tabaco,
las palabras,
el amor que me queda.
Ahora solo soy
niebla
sin sombras donde se
pierden
mis recuerdos,
la memoria,
y lo que más me jode
es que siento
que pierdo todo
de nuevo
como ese día te perdí
a vos.
Ruben Mangiagli
Para mí.
.
Esta locura,
de estar abierto al agudo y blanco
aullido de todas las cosas,
de sentir más allá de los sentidos,
de juntar letra tras letra
para hacer un escrito
que respire tras mis costillas
entre
palabras que se amontonan
como motas de polvo
en mis manos impuras de versos,
hoy escribo para mí,
me lo merezco.
No tengo que decir lo que siento
porque mi corazón
me lo cuenta en cada momento,
mientras tanto,
respiro,
estoy vivo,
y todavía sueño que algún día
te encontraré cuando esté
despierto.
Ruben Mangiagli
302.
.
Mi vida la deseo,
haría cualquier cosa para poder tenerla un día más,
toda la que haya,
tanta hasta enloquecer,
no importa, puedo incluso estar loco ya y enloquecer aún más,
pero esta vida no quiero perdérmela,
yo deseo mi vida, de verdad,
aunque me hizo un daño insoportable muchas veces,
lo que deseo es vivir.
Amantes.
.
Estoy escribiéndote de amor
no de mendigar.
No tengo por qué convertirme
en un mendigo sentado
esperando frente
a tu portal
para ver si algo me puedes dar.
Yo no quiero verme obligado
a suplicar,
a regatear.
Por eso rechazo tu amor por
la mitad,
es algo que me tienes
que ofrecer completo,
aún sabiendo que uno de los
dos perderá,
pero justamente de eso se
trata el amor,
de dar sin negociar.
no te lo puedo comprar con un
poema,
no me lo puedes ofrecer
por piedad.
Hoy hemos llegado a ningún
lugar.
Al final, lo sabíamos,
ser amantes siempre termina
así,
uno
vuelve a casa
y el otro no tiene donde regresar.
Ruben Mangiagli
Mientras.
.
Mientras estoy escribiendo
alguien
agoniza en su lecho,
otros hacen el amor
y algún nuevo ser
estará llegando a este extraño
mundo.
Entretanto yo sigo aquí
buscando expresar
lo que siento,
Mientras estoy escribiendo
cae una estrella fugaz
que se llena de deseos,
alguna mujer quizá
cambia el agua de un florero
para que duren un poco
más las flores
que ella misma compro para
olvidar el invierno,
y voy entendiendo lo que
espero.
Mientras voy terminando lo que
estoy escribiendo
en algún bar un hombre bebe
una copa y otra
intentando juntar valor para
decirle a una mujer
que la ama,
mientras yo sigo escribiendo
tratando de vislumbrar
lo que mis manos siguen
buscando,
puede que un deseo,
un atisbo de suerte que
me diga que es cierto lo que
pienso,
y se me de lo que espero
y puede que vos
también estés escribiendo
y este poema no muera entre
tanta soledad
por no poder nombrarte
solapada en alguna estrofa
y mi recuerdo se mezcle en
tus letras
aunque ni siquiera vos te des
cuenta
que sin querer todavía me
piensas.
Ruben Mangiagli