Quererte así, de la única manera
que me sale hacerlo,
siendo un caballero que te respeta
y un hombre que en la cama 
te enseña.
Con la mejor educación que mi
 padre me dio,
 que entre sus lecciones un día me
 dijo que amar una dama es 
 un honor,
 privilegio entre la verdad y la razon.
Permitirme darte de mi lo mejor 
 en todas las
 versiones y para cualquier 
 ocasión.
 
 Cuando bailemos una canción de
 amor, 
 susurrarte al oído que el destino 
 es algo que nos supera
 a los dos,
 
 y que mi manos al recorrer tu 
 espalda hablen esas
 palabras que solo los amantes 
 en el preludio de una noche
 saben provocar.
 
 Si alguna vez me olvido de ser 
 como soy, 
 recuerdame con una 
 sonrisa que entre sabanas
 
 te dije eras la princesa  que todo rey
 
 quiere encontrar, que lo otro lo
 demás, es una reserva que
 queda en nuestro dormitorio,
 el santuario de nuestra
 intimidad.
 
 
 Ruben Mangiagli.
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Formas.
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