Tenés que saberlo, tenés que conocerme
 no es fácil quererme,
habito lugares que jamas visitaste
 tan oscuros que la soledad es similar a
 la noche sin estrellas
 
 y mis manos dibujan figuras que ni yo
 veo en las tinieblas.
 
 También soy a veces  una luz que por
 brillante ciega y quema,
 que no tiene paz ni sabe de esperas
 y me devora la impaciencia de los besos
 que nacen de mis venas,
 
 y se hacen como de carne que crece en
 las urgencias.
 
 Tenés que conocerme, tenés que saberlo
 cuando quiero muero
 o doy mi vida por mis sueños y
 los tuyos,  soy toda verdad y me olvido
 de los miedos
 
 y muevo los cimientos del mundo sino
 te encuentro.
 
 También puedo ser la suavidad de tu
 descanso, una mañana, 
 un remanso para que duermas en mis
 brazos , cuidarte del tiempo y del paso
 de los años,
 
 resumiendo, para quererme tenés que
 quererme como yo te quiero tanto.
 
 
 Ruben Mangiagli.
© 2012
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Para quererme.
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