Mis miedos se unen en la mitad de mi alma
al borde de mi abismo, al borde de mi esperanza.
En los silencios de los golpes que se acumulan
en mi espalda, lejos de tus ojos, cerca de mi nada.
Entre luces que me ciegan la mirada, donde no
ver a veces y solo a veces es como una gracia.
Tormentas interiores donde mi ojos se niegan
a llover lagrimas, donde mi voz también calla.
Aun así sigo adelante, enfrentado a la temida
nada, donde solo soy una copia de mí opaca.
Y en el borde de ese abismo te espero, tal vez
demos juntos un paso atrás, quizá caigamos al
vació, y descubriremos si estar juntos es lo
mismo que ver el cielo desde el infierno.
Ruben Mangiagli