Le pregunté a la noche por ti
como si ella tuviera replicas
en la creencia que en su tenue
oscuridad hubiera respuestas.
Te busqué entre las estrellas,
en las formas que dibujan en
nebulosas parecidas a letras,
y forme tu nombre con ellas.
Acorté las distancias entre los
temidos infinitos, con tanta y
tanta precisión, y sin quererlo
respire el placer de tu aliento.
Entre fórmulas matemáticas y
extraños conjuros esotéricos,
me impregné de tu alma y por
eso soy dueño de tus desvelos.
Y agotado de tanto esfuerzo,
en todas las lineas que mezclan
mi pensamiento, fuiste presente
y el espacio murió y todas las
distancias fueron ceros, como
anillos eternos encadenaron mi
amor a tu cuerpo formando las
memorias de todos los tiempos.
Ruben Mangiagli
BELLÍSIMO ESCRITO... UN PLACER LEERTE, POETA...