Ding dong.


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Quiero llamar a la puerta
de tu corazón,
un lugar que queda
entre tus besos
y el espacio donde pierdo la razón,

que me da la opción de
llamar por dos,
las veces que quiera
a medianoche
en verano,
con lluvia o sol,

con mis labios,
con mis manos,

con un
toque suave
o no,
que sepas antes de
llamar que soy yo, siempre

yo, y que el pasado se
haga medanos,
las estrellas pecas
y dormirme sobre
tus pechos mirando solo un girasol.


Ruben Mangiagli

© 2013




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