Gato observador
Es una noche fría y lluviosa, Flora explora.
No se puede salir bajo la luna porque hoy no está, se escondió entre nubes de silencio y oscuridad , pero como siempre Gato la espera escondido, agazapado, aburrido de agua cayendo constante, buscando ratones en rincones, huecos y viejos estantes.
Y de pronto la ve a ella, no sabe como ni de qué manera; iluminada, hambrienta, no de atunes ni bombones de menta. Con hambre de juegos y de nuevas experiencias, se mueve distinto, se menea, lo mira, lo marea; quiere jugar distinto y a él se le renuevan los instintos.
Es una noche de fiesta donde la línea entre ser gato y ser fiera es delgada, apenas una ligera cuerda, que los envuelve hacia una zona que nunca transitaron, ni en esta vida, ni en las siete que restan.
V.D.
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La historia de Flora y Gatomate. XL
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