Late mi corazón al unisono
de las venas
de mi sexo,
es una compaginación de
sentimientos que convergen
en el medio de tu cuerpo,
con guías inequívocas que
pasan por
tu boca,
tus senos,
que siguen tus pecas que
se pierden
en el vértice de tus piernas,
resumes la belleza en un
suspiro,
y todas mis palabras pasan
al olvido.
Cómo una perversa mujer
que gobierna
cada uno
de los sentidos
hueles, me miras, oyes
la aceleración de mi ritmo,
tus manos acarician mis
esperas
y pides demore mi entrega
para que
los labios
prueben la vida que llevan
la memoria de mi
cuerpo,
de mis formas,
la de mis ancestros.
Y luego sin ningún pudor
sellas a calicanto
nuestro amor
haciendo tuyo
todo rastro de mi hombría
y la cubres de besos.
Ruben Mangiagli
© 2014
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