Las manos con las que escribo
son las mismas con las que acaricio,
son las mismas con las que acaricio,
llegan a todos los ángulos, abanico
de dedos, verbos y adjetivos,
de dedos, verbos y adjetivos,
con la derecha mis letras te dan las
palabras en un escrito,
palabras en un escrito,
y con la izquierda juego solo
cuando mis deseos
memorizan cada parte de tu cuerpo,
cuando mis deseos
memorizan cada parte de tu cuerpo,
Son las mismas con las que soñabas
en las noches de invierno
en las noches de invierno
que te añoran y te desean olvidando
los adverbios de tiempo.
los adverbios de tiempo.
Eres su inspiración, la dueña aunque
nos las veas,
nos las veas,
no hay nada que cambie lo escrito,
porque el abrazo nos
debemos
es lo que ellas más han querido.
porque el abrazo nos
debemos
es lo que ellas más han querido.
Ruben Mangiagli
©2014
©2014