Las calles de una ciudad que tienen mi historia, gatos y estrellas que creyeron imposible que vuelva, pero hay una mujer que me puede, que renombra capítulos de mi cuerpo y las manos de mis letras en ese orden imposible de un amor que parte al medio los sueños y los hace realidad en abrazos consumados que nosotros solo vemos y en caricias que todos podrán mirar.
RM