Se llenaron los pasillos
de sombras
que a su vez se escondían
de algunas otras,
el silencio se sumo a los
ruidos
de desfiles lejanos,
mis manos se vaciaron
en un instante
concreto, lejano
y el vértigo de memorias
dio paso
a otra cosa
que no era más que solo
un vacío
de presencia, de lugares
que no
estarían más.
Cómo era de esperar me
había quedado
huérfano, pero mayor de
edad,
fue el comienzo para la
realidad
de darme cuenta que los
que te aman
también se van.
Lloré tres lagrimas y no
fueron juntas
dos en cada día se fueron,
una hoy
cuando lleno de ausencias
con pocos recuerdos
que también se alejan y no
lo puedo evitar
necesitaría las presencias y
poder
contarles que hicieron bien
todo, nada que reclamar,
al final es verdad,
la muerte gana siempre y los
aun estamos
solo nos queda esperar.
A mis Padres.
Ruben Mangiagli
©2015
de sombras
que a su vez se escondían
de algunas otras,
el silencio se sumo a los
ruidos
de desfiles lejanos,
mis manos se vaciaron
en un instante
concreto, lejano
y el vértigo de memorias
dio paso
a otra cosa
que no era más que solo
un vacío
de presencia, de lugares
que no
estarían más.
Cómo era de esperar me
había quedado
huérfano, pero mayor de
edad,
fue el comienzo para la
realidad
de darme cuenta que los
que te aman
también se van.
Lloré tres lagrimas y no
fueron juntas
dos en cada día se fueron,
una hoy
cuando lleno de ausencias
con pocos recuerdos
que también se alejan y no
lo puedo evitar
necesitaría las presencias y
poder
contarles que hicieron bien
todo, nada que reclamar,
al final es verdad,
la muerte gana siempre y los
aun estamos
solo nos queda esperar.
A mis Padres.
Ruben Mangiagli
©2015