No
me puedo quitar esta mortaja lúgubre,
invisible,
sin
tiempo
no
estoy muerto
pero
tampoco estoy viviendo,
está
bordada de recuerdos
y
miradas que no fueron momentos,
lleva
el olor de años interrumpidos
de
presentes efímeros y
futuros
que no fueron
ciertos,
una
traición anunciada en todos los
diarios,
una
mentira que quería ser verdad
sin
serlo
Es
como un mal sueño eterno que pesa
en
mi cuerpo,
nadie
la ve, pero yo la respiro y la siento.
Ruben
Mangiagli
©2016