Y en un momento te perdiste
en otros mundos
entre quien sabe que estrellas,
como un cometa de palabras
errantes en un libro
que cruza algunas de mis paginas
a veces eterna, otras lo que dura
menos de un instante,
tal si solo fueras la mirada de tus
ojos marrones
que cuando miran
detienen la belleza y todo se
para, las flores, las calles,
el campo,
la ciudad llena de invisibles
habitantes,
hasta mi pulso que ignora que
mi corazón todavía
late
y mis manos que desean al menos
una vez acariciarte.
Ruben Mangiagli
©2017