La historia de Flora y Gatomate. LII


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Puede...

Puede que si llego a la luna atrape los hilos nos unieron, puede que así te piense menos o no, puede que volvamos a ser gatos o humanos, puede que así no te extrañe tanto, pero la luna está tan lejos como los te quiero que me decías mientras escribíamos este cuento.

R.M..


Las formas del no olvido.


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Me despierto y no recuerdo mis sueños,
ya no me acuerdo mi nombre
ni tu voz pronunciándolo,

todo es diferente para todos pero nada
cambia en mi,

es que aun estoy en un mundo
que ya no existe más,

nadie me ve pero estoy,

soy esa historia que nadie quiere contar.

Si pudiera desaparecer,
ser solo letras que alguna vez
puedas armar,

aunque no te salga mi nombre
y no me puedas recordar,

puede me encuentres,

quizá en un caleidoscopio que forme las
figuras del nunca jamas.

Todo está al revés ahora y no
lo puedo
entender,

será que hoy estoy cansado de amarte y
no tengo la puta
idea de como puede suceder

que haga lo que haga
no puedo olvidarte y te vuelvo a perder.


¿ Ruben Mangiagli ?
©2015


Máscaras ciegas.


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Nos cubrimos de máscaras creyendo que podríamos dejar de ser nosotros para olvidarnos, pero no, las máscaras se hicieron parte de los cuerpos y ya no somos los mismos, no lo notamos, aunque otros nos toquen no son caricias y el tacto que tiene memoria nos busca en momentos que ya no viven. Detuvimos el tiempo aunque los relojes sigan funcionando ciegos de horas que no existieron, simplemente no pudimos, y los otros nos pudieron.


Ruben Mangiagli.



82.


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Debo olvidarme de seguir intentando olvidarte.

RM




Una flor.


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Quiero darte una flor que tenga
los pétalos naturales,
pero que su perfume sea
la esencia donde
se olvida el
dolor,

que los colores sean palabras y
el tallo los verbos
conjugados por
los dos,

que a su alrededor tenga brotes
de papel donde
poder escribir las veces
olvidé decirte te amo

para que no vuelva a suceder y
que está flor lleve las letras de tu
sobrenombre en
las lineas de esa canción
que escuchamos
por primera
vez

sin saber que el amor tiene a
veces poca duración y
otras es una sinfonía compuesta
en movimientos de
los cuerpos
que son media Luna y
clave de Sol,

conversos de nosotros todo lo
que no existe podamos
seguir
inventándolo,

en tu nombre,
en el mio
y en
el propio de lo tanto esperamos,
nuestro amor.

Ruben Mangiagli
©2015

Hemisferios.


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He partido mi dolor en dos, una parte para vos , como un occidente, la mitad del sol, la otra para mi, un oriente, un medio de mi corazón, separados por nosotros sin mediación para justificar las letras de un abecedario sin amor, porque sólo si termina este eclipse de silencios quedará el espacio para la verdad nos acerque y vuelva el tiempo de amar sin motivos, sin necesitar ninguna razón.


Ruben Mangiagli.



Para nadie.


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Hay un reflejo en el espejo
y no sabe quien,
se lava, se afeita y sin
embargo
es el mismo que no
recuerda sin
una atisbo de quizás
o porqué.

Se toma su tiempo y se
apresura aunque
ella ya no está
en su vida

y en sus ojos no hay señales
de un amor
que debió durar muchos
años,

puede
se escondan en lagrimas que
nunca se le
escapan.

La quiere,
la necesita,

y sin embargo no puede
creerle cuando le
dice que su amor ha muerto

y la espera.

Sale y habla, cuenta a otros
que una mujer
aun le hace feliz y
sonríe.

Vuelve,
nadie lo quiere,
ni lo necesita,

las paredes son benévolas
no reflejan
a un hombre para nadie,

y a veces puede dormir
en el sofá,

sin que importen tanto las
razones que
necesita para vivir,

el tiempo no vuelve,
pero aun no es tiempo de
partir.

Ruben Mangiagli
©2015



Hilachas de tiempo.


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Desde el instante que te marchaste
el tiempo
quedó atrapado en mí,
por eso puedo sentirte aun
por dentro,

entre las costillas de un corazón
que ahora es una coraza y
las nauseas por pensar
que otro tal vez te
pueda besar,

y te me escapas de nuevo por las
manos hecha letras,
otra vez,
pero es la única manera
que te tengo por
un momento,

los relojes se rompieron
deshilachados, injustificados de las
esperas
de un amor que no
tiene principio
ni final,

y las horas van para atrás
quedándose siempre en el mismo
lugar,
quince minutos antes de
tu adiós,
ya no pueden avanzar porque cada
miedo que se
aparece en mi

es siempre el mismo,
que si vuelves de nuevo te obligue
a partir

porque si
te lastimo otra vez los dos vamos a
morir

y el amor huérfano de nosotros se
quedará dormido entre
corazones que ya no
saben latir.

Ruben Mangiagli
©2015


Abstinencia.


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Dame algo para no pensarte
llevo tanto con está
jaqueca agridulce
que se quedó en mi
desde que te fuiste y no sé
si vas a regresar,

tengo estas sensaciones
que me abruman
y se mezclan en mi realidad,

puede que me valga un beso
de buenas noches
que me permita volver
a soñar,

no perdemos nada con
intentar,

ya no me sirven el tabaco ni
el café,
el whisky no tiene sabor
y no dejó de pensar
en estaciones que
no fueron y en esos días
que no supimos
juntar.

Ojos que no ven
corazón que siente,
y nada está bien.

Mis demonios no quieren
irse, pero no tengo
idea donde están,

y el alma no duele, eso no
es verdad, lo que
duele es el cuerpo,
dar un paso y
sentir que las piernas
no pueden más
sin tener idea donde vas.

No quiero drogas para
olvidar,
no quiero alucinar,

así que busca en el botiquín
una dosis de vos,
porque
esta abstinencia me
esta matando
y ya no puedo respirar.


Ruben Mangiagli
©2015


Miradas.


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Me miras aunque no me veas
y mis manos te
reconocen en caricias
que son como el aire
de este verano invierno,

y sos, soy, somos,
parte de algo no entendemos,

pero los sentimientos a
veces no se escriben,

son miradas, tacto que
no existe,

un deseo de lejos que está en
nuestros cuerpos

tan dentro que a veces
lo separa un océano de agua
y tiempo.

Ruben Mangiagli
©2015



La carencia de mis manos.


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Solo me quedan mis manos
para expresar los deseos,
y escribir las lineas
que cuentan
de amores, soledad,
destinos y sueños.

Mis miradas se extraviaron
hace ya tiempo,
buscándote entre todos,
en nadie,
y en el vacío
solo encuentran
tu silencio.

Y mi corazón se quedó con
vos, entero,
late solo para mis
recuerdos,

y escribo todo ya sin leerlo
no vaya a ser
que por hacerlo
una lagrima corra
la tinta de
tu olvido en estos
versos.

Ruben Mangiagli
©2015



81.


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He respirado cada una de tus palabras para que se hagan poesía entre mis suspiros, besos escritos que perduran para evitar caigamos en el olvido. 


RM


80.


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No nos perdamos la posibilidad de vivir enamorados, aunque nos quieran o no, honrar el sentimiento de amor nos hace mejores.


RM


Nombres. ( las letras de los dos ).


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Volver ( hacia vos )
inapelable ( en este sentimiento )
con
todo
ordenado
rígido ( en este)
infinito
amor.

Como
en ( un junio cerca del invierno verano )
con
imágenes ( que serán tacto )
los ( despertares estarán en su lugar )
impidiendo ( este )
adiós,

( Todo esto te lo afirmo yo )

Reescribiendote
un ( poema que simula un )
beso
esperado ( que ya no entiende un )
no.


Ruben Mangiagli
©2015





Mal.


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Cuando todo va mal nos empecinamos en cambiar de personaje pero en realidad lo único que tendríamos que cambiar es la historia.
Sé que es muy difícil, pero muy, tenemos una vida cimentadas en cosas, en costumbres, nos cuesta cambiar de trabajo, de casa, de ciudad, dejar ir, pero, si uno piensa en hacer algo asi es porque todo lo demás ha salido mal, entonces...

¿ Qué riesgo hay ?
¿ Qué puede salir peor cuando todo está mal ?


RM


Para vos.


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Te amo sin saber las formas,
el cómo, donde, cuando,
los adverbios partieron y ya no volvieron,

Te quiero sin orgullos, como
hombre entero, sin fisuras,
desde la cercanía de mis manos
y en los confines de mis secretos y locura.

De la manera que ama un
poeta que jamas escribió libro
alguno, , entre frases, letra a letra,
y párrafos que no terminan ni empiezan.

Te amo desde el momento te
tuve, cada día que ya no estás,
desde la lejanía que parece nunca acabar.

Te quiero para siempre, para
ahora, para jamas, sin tiempo
ni espacios ni lugar, dentro mío
donde te quedaste y nunca te marcharas.


Ruben Mangiagli
©2014





La girasol y la Luna.


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Se cuenta que los girasoles existieron siempre, desde el inicio de los tiempos,que hoy se ven no solo en los campos, también en las ciudades y los pueblos lejanos que jamas imaginamos.
Así que dicho esto les voy a narrar la historia que un día llego a mis manos, es de una girasol, nena, cuyos pétalos de pequeña eran muy cortos tanto que los girasoles varones jugaban con ella, pero las estaciones avanzan y los pétalos fueron después como cabellos rubios de esos que parecen cometas que se quedan entre el cielo y la tierra.
Las no girasoles son muy extrañas y algunas hasta se visten de harpías , tanto que si están cerca de una bella girasol intentan ignorarla, aunque sean hermanas semillas o parte de la familia, las otras flores que si son girasoles son orgullosas algunas, solo les importa crecer y que el Sol las mire, aunque no les preste atención y siga colgado tan alto que nadie puede tocarlo hasta que cada noche se oculta. Ahí las girasoles se aburren, no saben que hacer y se van, aunque nadie lo sepa se mueven y andan por quien sabe donde, luego cuando amanece hacen lo mismo, siguen altivas.
Entre tantas girasoles estaba la de nuestra historia, que había nacido en el mes de Junio, el frío en cierta manera la marcó, a veces se cierra tanto que siente a nadie le importa, pero claro no es así, se escondía entre los demás hasta que casi no podía ver al Sol , pero a veces recién apenas podía ver el ultimo rayo cuando todos los demás ya se iban a la ultima hora del atardecer, fue por eso aprendió a moverse en la noche, a descubrir que aun sin luz podía aprender a escribir y leer y así darle historias a sus sueños y otro tipo claridad la envolvía, una plateada que recorría el mismo camino del Sol, pero por las noches, la que asomaba más allá de la plaza cercana adonde vivía, ese reflejo le dijo, yo soy la Luna, algo misterioso para muchos dijo, tengo mil nombres, algunos sagrados, rijo las mareas del mar que tanto te gusta, el crecimiento de las plantas y hasta tu misma fertilidad. La girasol la escuchaba atentamente cada noche mientras seguía su semicírculo entre las estrellas, miles de charlas tuvieron y la Luna le contó historias de gatos, de amores lejanos separados por un océano, y que la tierra es redonda y por más caminen las personas en diferentes direcciones  se vuelven a encontrar inexorablemente y agregó no siempre el Sol te da lo que necesitas de verdad, en algún lugar hay alguien que también me mira y te sabe esperar. Entonces comprendido que había otro la conocía de verdad y que la Luna los entendía, que quizá fuera una girasol para otros, pero solo para uno en todos los confines era una Giraluna y que nadie eso lo podría cambiar jamas,que hay lugar para que sucedan las cosas las veces necesarias hasta aprender que por más plantas malas existan que, hablen, mientan, envidien o separen en la Luna siempre hay lugar para el sueño de dos más.
Aun hoy la flor de este relato mira la luna donde los gatos forman siluetas de felicidad, sabe alguien la cuida, porque en el universo hay lugar para todo por más grande sea, que en el tiempo hay espacio para la noche y el día y que la distancia se puede terminar en un abrazo.
Todos somos diferentes y te hacen único cuando alguien te da el nombre adecuado y te quiere para toda la vida, la girasol hoy se llama Giraluna como ninguna otra flor que exista o existirá.

Ruben Mangiagli
©2014


Ese riesgo del vacío.


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Existe un serio riesgo en perseguir los niveles más altos del amor, el de alcanzar uno cuyo nivel pareciera imposible para nuestro entorno más próximo y quedar luego suspendidos en el vacío sin posibilidad de compensar la soledad espantosa tras el final de la experiencia.

RM


Mis manos.


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Las manos con las que escribo
son las mismas con las que acaricio,

llegan a todos los ángulos, abanico
de dedos, verbos y adjetivos,

con la derecha mis letras te dan las
palabras en un escrito,

y con la izquierda juego solo
cuando mis deseos
memorizan cada parte de tu cuerpo,

Son las mismas con las que soñabas
en las noches de invierno

que te añoran y te desean olvidando
los adverbios de tiempo.

Eres su inspiración, la dueña aunque
nos las veas,

no hay nada que cambie lo escrito,
porque el abrazo nos
debemos
es lo que ellas más han querido.

Ruben Mangiagli
©2014


Caricias.


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He llenado mis letras con sinónimos de tu nombre , pero éstas no abarcan con exactitud ese embeleso con el que te leo a vos, con el que te pienso, con el que te siento.
No hay nada no podamos en ésta vida, escribimos juntos alguna vez, me temo que usaré esa frase cual arma de caballero para no dejarte ir, cerrar las puertas con mis manos hasta que duela, así podrás curarlas cuando me veas
Las caricias que no conozco, que busco y no encuentro imagino están en vos y ahí pienso que son ciertas, que existen y que el tiempo que las espere valen el dolor de mi pena.

RM