Tengo el privilegio de amarte, de ser hombre
en la plenitud de este amor, que peleamos a
la vida, robandole los sueños para que hoy
sean proyectos, haciendo proyectos para que
hoy sean nuestros momentos.
Tengo el privilegio de amarte cuando escribo,
remangando mis manos en la tinta de tantos
desvelos, en letras que cubrieron los papeles
como lienzos, pintando un sentimiento único
deseado y verdadero.
Mi privilegio de amarte, también son derechos,
el de recorrer tu cuerpo cuando te mato a besos,
de dormirme entre tus piernas después de haber
agotado todo mi esfuerzo, en el completo sentido
del encuentro.
Amarte, sin promesas de tiempo, en los paisajes
de un otoño que ya es invierno, en la fortaleza
del compromiso de hacer crecer todo esto, de
poner toda la Fe en ti, en mi, para que seamos
solo uno ó cielo e infierno.
Tengo el privilegio que seas mi mujer, la única,
la que tanto deseo, la dueña de todos mis orgullos,
de todos mis respetos, reina de mis noches, y
por cierto, poseedora de una belleza que confieso,
gobierna mi sexo.
Ruben Mangiagli
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El privilegio de amarte.
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