He abierto la puerta a mi locura,
ya no hay más esculturas
en claros de luna,
ni estatuas que esperan en el
tiempo algún
acto de cordura,
No quedan cerrojos ni ataduras,
ni regreso pactados
con el pasado,
todos los idiomas los he
callado,
los cuervos pueden al fin hacer
oír su canto,
y la muerte guardar sus
invitaciones de
preludio de soledad y espanto.
ya no hay palabras ni letras,
ni duelos ni fiestas,
solo mis manos entienden lo
que escribo
mientras mil imágenes giran y
giran y me rodean.
Ruben Mangiagli
© 2014
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Girando.
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