No te quiero porque eres leño
que calienta mi invierno,
ni mi lumbre en las noches de
largos desvelos que
no encuentran nuevos sueños.
Tampoco porque tienes un
cuerpo que me corta
el aliento,
aunque te adueñes de todos
mis deseos,
y mis manos
desesperen por recorrerte
de arriba a abajo.
de norte a sur,
por los costados,
en cada estación sin espacios.
Quizá pienses que es porque
eres inteligente y
me haces reír y que mi
sonrisa
se instala en mi rostro
y todo es más leve.
Pero si te escribo la verdad es
que te quiero
porque me quieres,
y es que el amor no
necesita justificaciones,
simplemente sucede entre una
charla, un cigarro
y las ganas de verte.
Ruben Mangiagli
© 2014
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Por lo que no ( te quiero ).
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