Te escribo ahora, mientras duermes, por si mañana ya no fuera yo el hombre que tanto te ha querido.
Porque el amor es un viaje que pocas veces cumple su destino, por si mi corazón muerto vuelve a latir por los besos de alguna otra mujer que aún no he conocido.
Por si mañana ya no soy capaz de entender esto que me ocurre, de ser cautivo de mis propios para siempre que presiento no se cumplirán en ningún camino.
Por si al despertar ya no puedo decirte cómo admiraba y valoraba tu entereza, ese empeño tuyo de esperarme en forma desesperada sin desesperar para estar a mi lado, tratando de hacerme feliz a pesar de todo y de todos.
Por si mañana ya no fuera consciente de lo que hacías, de lo que escribías, los poemas, relatos y cuentos que hablaban de lo que jamás seríamos.
Por si borro la infinidad de fotos nos hacíamos para morir al rato de amor y revivir a risas en esos momentos íntimos entre gatos, girasoles e hilos.
Darte las gracias por cuando te acercabas tanto que te sentía dentro mío enseñándome que el alma es eso, sentir que la persona que amas puede ser la razón de tus latidos, el sentido pleno por lo que estás vivo.
Por esas y por tantas cosas. Por si mañana no recuerdo tu nombre, o el mío, juntos al final de algún escrito.
Por si otro amor te roba mis letras y ya no pudiera recordarte en mis poemas.
Por si me puede tu olvido y el mío.
Por si mañana, Sara, no fuera capaz de decirte todo esto, gracias por haber sido la mujer que más he querido.
Ruben Mangiagli.